jueves, 1 de agosto de 2013

Suena la guarura desde tierras del sur: Los desmontes en Santiago del Estero



Por Pablo Gramajo
Sacha Periodista

En el monte nacen, viven, crecen y se reproducen toda clase de vidas. En este, la tierra y el viento juegan a los remolinos, y se remansan en los árboles espinosos, haciendo bailar a las pocas hojas.

El monte es lugar donde se genera la vida, los alimentos, las casas y el oxígeno, es la raíz primera. Alterando los montes, se alteran los climas. Hace tiempo que el viento norteño no circunda las picadas, era éste el que convertía en chicharrón nuestras caras cuando nos escapábamos de la madre y sus consejos: “no salgas a ondear”, “duérmete que te llevará el duende”. Estos, hace tiempo que no acobardan a los niños, ni a su siesta, ni a su onda; ya la madre no les dice que no salgan, que los llevará el duende. Los caminos extrañan las caricias del viento del norte, va quedando sin leyenda la vida, porque al monte lo van rapando. Este último, es el padre-madre de las leyendas, de los mitos, de los espantos y las alegrías de la cosecha, de la lluvia esperada en los veranos, esperada por las cabras, los chanchos, las gallinas, que en coro sacan la lengua cuando llega, y los quebrachos, vinales y chañares ensanchan su caja torácica para recibirla. Es una sinfonía su llegada, el rancho se convierte en bombo legüero, cuando golpea las chapas de los techos. Las vías férreas primero y ahora el monocultivo.

A Santiago del Estero la reconocen como la madre de ciudades, la madre envejecida tempranamente, de la gran mayoría de sus hijos. Los quebrachos guardan sus recuerdos, sabe de ellos que hoy son durmientes extendidos por toda la Argentina, en las vías donde todavía suena el tren y en los ecos de la memoria de los viejos contando sus pasos en tiempos remotos.

Tuvieron que sacrificar una provincia para que el progreso sea, pero fue solo para unos cuantos, para los mismos de siempre, los acomodados históricos; y para los otros, las mayorías, solo fue la sangre del quebracho en el hacha y la sangre en la manos del hachero.

La primera desforestación fue cumplida y con ello cambiaron el paisaje, el caudal de los ríos se ha achicado, junto al modo de vida de los habitantes.

Por su parte la segunda deforestación está siendo un intento difícil. Parecería que los quebrachos arrancados, están volviendo en personas, y están decididos a defender lo poco que queda. Unos de ellos, es Humberto Evelio Jaime del paraje. Ahí Veremos, departamento Pellegrini. Él es presidente de la organización campesina, y perteneciente al Mocase: estamos en la lucha por 10.700 hectáreas, somos 65 familias, todos criados aquí, nuestros mayores, nosotros, nuestros hijos, nos comenta. El olor a leña circunda nuestra ropa, es el brasero encendido, el negador de junio que se siente julio, y agrega: no entrarán así de fácil; la Empresa esa, Algarrobal viejo SA, nunca ellos estuvieron aquí, y dicen que son dueños de 36.000 hectáreas, estamos decididos a defender lo que es nuestro.

El sol se va escondiendo en el chañar mal vestido, y el frío es como una víbora que penetra en nuestros pantalones, prendiéndose de los tobillos.

Los desmostes han avanzado estos últimos 10 años, la usurpación, el monocultivo de soja, y también los policías rurales. Estos son contratados por los empresarios, para hacer el cercado de los lotes, son principalmente de la ciudad, de las barras bravas, especializados en estos trabajos. Armados hasta los dientes, se instalan en los montes.

Por su parte María Raimundo Luna, referente campesino de Agua Amarga, integrante del Mocase comenta: es sumamente llamativo y sospechoso que se hayan instalado primero en el espacio con bandas armadas; ¿si son los dueños porque no se sentaron a charlar con las comunidades?. Nosotros no vimos papeles de dicha empresa, y si lo tendrían, igual nosotros somos los legítimos dueños de la tierra.

Los compañeros están decididos a defender las tierras y nosotros vamos a acompañar.

Ha caído la noche, y se han encendido las miles de estrellas en la tierra de arriba.


El mechero en el horcón alumbra nuestras caras, alumbra el guiso, y las manos que lo preparan.

1 comentario:

  1. Triste relato de una realidad anunciada. En Argentina la explotación de los recursos naturales, a partir del desgobierno de Ménem, fueron transferidos a las provincias. <Esto produjo un desmembramiento de esos recursos que son patrimonio de todos sin distinciones geográficas. No obstante ello se aprobó la Ley Nacional de Bosques durante el gobierno actual, obra de mi amigo Miguel Bonasso, no fue fácil por los intereses en juego, pero es Ley. Claro pero en un país donde todas las leyes están sancionadas pero no se cumplen. Entonces gobernadores afines al gobierno central, como el de Santiago del Estero, Insfran en Formosa, Capitanich en Chaco y Urtubey de mi provincia Salta violan la ley con el amparo y la complicidad de Cretina de Kirchner. Lo mismo pasa en San Juan, donde un gobernador traidor es socio de la Barrick Gold. Es totalmente lógico lo que sucede en mi país donde el neoliberalismo no solo arruinó al pueblo sino que se perpetúa disfrazado de "progresista" abusando de las necesidades populares que ocasionaron. Basa para medir la intencionalidad de nuestros funcionarios y su falta de ejemplaridad con ver sus DDJJ multiplicadas por 1000 en diez años como es el caso de Cretina (sin contar los bienes puestos a nombre de sus testaferros). Mientras tanto los que denunciamos a esta delincuencia nos acusan desde el poder de ser enemigos del "modelo". Siento mucha verguenza por como somos vistos fuera de mi país cuando no se tragan las mentiras oficiales..

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