miércoles, 14 de agosto de 2013

Respuesta a la respuesta de Oswaldo León


Por Edgar Meléndez

Saludos, Rojo, en primer lugar bueno es reconocerte la oportunidad del debate al que nunca rehuimos siguiendo el digno ejemplo de nuestros maestros; valoramos la “deferencia” que nos haces al proponer un debate sobre mi humilde artículo “Control Obrero I” publicado en la Tribuna Popular 223 y valoramos como justa la diferencia que estableces entre Will Rangel y nosotros el PCV:“herederos del stalinismo”; la valoramos más no la agradecemos porque ese diferencia ha sido ganada por nuestra organización en más de ocho décadas de arduo y transparente combate en defensa de los intereses inmediatos e históricos de la clase obrera.

Muy importante que inicies también reconociendo las diferencias en teoría y práctica que existe entre nuestra organización y tus concepciones, eso no sólo es justo y sano, sino fundamentalmente necesario, las diferencias legítimas deben debatirse y reconocerse y solo la práctica concreta (como decía Marx) otorgará la razón a quien la tenga.

Este debate, que en su contenido inicias sobre el inmensamente trillado, aunque evidentemente no profunda ni suficientemente debatido, tema de la Ley y las concepciones sobre este instrumento en general y la posición del PCV en relación al mismo en lo concreto (Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras) lo vemos, reitero, como provechoso.

Empiezas sobre el tema de la Ley usando una fraseología reduccionista al afirmar que es “lo más importante para el PCV”. Sucede amigo Osvaldo que siendo una línea (y solo una) de las muchas de nuestra organización en el trabajo del Movimiento Obrero y Sindical la aprobación de este instrumento, hemos llevado, a pesar de los obsesivos “antiley”, a cada espacio de debate y construcción colectiva este tema con el mismo y legitimo derecho que tú y otros llevan los “suyos”, sus propuestas y, lo reafirmo, incluso sus estrafalarias metodologías.

En el reciente Congreso realizado en SIDOR del 21 al 23 de junio el PCV y la Corriente Clasista “Cruz Villegas” hicimos muchas cosas: presentamos una ponencia en el tercer eje temático, particpamos como JCV junto a la JOC en la mesa de la Juventud y también particpamos con el tema Ley Especial de los Consejos, pero sucede que algunos, entre ellos tú, no querían que este tema se debatiera en ese espacio, pero como espacio amplio se logró incluir en el diseño original y se debatió. Lamentamos a quien esto haya incomodado.

Personalmente hemos conversado lo del anteproyecto y de verdad que yo no sé de donde sacas que el anteproyecto del PCV para la LECSTT tiene algo que ver con la FBT, igualmente es falsa tu observación sobre que ese instrumento se haya construido sin debate con los trabajadores; es una de las permanentes fallas tuyas, amigo Osvaldo: descalificar y desvirtuar todo en lo que, por algún motivo, no participas.

Esa obsesión que personalmente denomino “antiley” no les ha permitido al menos escuchar que la exigencia a la AN sobre la APERTURA DEL DEBATE es precisamente eso; que se abran todos los espacios que deban abrirse para una discusión nacional clasista que bien pudiese tomar el anteproyecto del 2.007 sobre el que nosotros mismos tenemos nuevos aportes a la luz del lógico enriquecimiento que la práctica va sugiriendo. De verdad que el caso de esta ley pasará a la historia como uno de los “ejemplos más tercos” que ese personaje, tan descalificado por ti, (V.I Lenin), caracterizó como infantilismo de izquierda. En tu caso, créeme, te comprendemos porque has sido consecuente en afirmar que no eres leninista, y he allí una de nuestras diferencias; entonces, nadie puede esperar que apliques sus enseñanzas sobre esta táctica dialéctica.

Cuando leo tu comentario, y recuerdo posiciones tuyas y otras, pareciese que en la Asamblea Nacional otorgaran puntos acumulables, como en un concurso de colegio, por cada Ley Aprobada a favor de quien la proponga. ¿Qué interés crees tú que tiene el PCV en la aprobatoria de una Ley como la que proponemos, defendemos y seguiremos impulsando?, para debatir más a fondo sobre esto tendríamos que volver sobre la táctica leninista en la que evidentemente no habrá acuerdo entre nosotros.

Afirmas también que ninguna Ley ni Constitución puede supeditar la lucha de clases, ¡correcto!, ¿quién afirma lo contrario?. Las leyes no pueden ser otra cosa que reflejo del momento histórico concreto, de las fuerzas en pugna y en definitiva reflejo de las relaciones de producción en una sociedad dada, ningún marxista podría afirmar lo contrario, lo dañino, Rojo es que amparados en esta verdad dialéctica la transformen en dogmatismo paralizante y negador de algunos, quizá ciertamente pequeños, beneficios tácticos en la difícil lucha de clases. Si tenemos la oportunidad de luchar e impulsar leyes que faciliten avances hacia lo estratégico, ¿por qué no hacerlo?; insisto: ¿actuar así no es una expresión de dogmatismo?

Y es precisamente sobre este aspecto que afirmé en mi artículo que urgía el lamentablemente postergado debate y caracterización sobre el proceso bolivariano; en algo hay acuerdo, al menos lo ha habido en nuestras conversas informales, que en Venezuela, más allá de algunos aspectos del discurso oficial, no estamos en socialismo, y como en esas “cosas” no hay “vacío”, entonces hay capitalismo; siendo así, ¿qué daño haría una ley cuya conquista fundamental sea proteger al trabajador o trabajadora que decida ser vocero de estas instancias en un ESTADO CAPITALISTA?.

Afirmas (truculentamente) que nuestra intención (que de ser cierto más bien sería nuestro despropósito) es “SOMETER” a los Consejos de Trabajadores al ESTADO; compañero, ¿blindar con fuero la acción transformadora y revolucionaria que debe cumplir un vocero y vocera en lucha contra el patrono en su centro de trabajo por el control obrero no será más bien precisamente una medida tendiente a garantizar su independencia y autonomía frente al patronato público y privado?

Sobre tu interesada defensa a la gestión del compañero Lanz en Alcasa, que me imagino en este caso la defensa “revolucionaria” a una gestión burocrática sí es justificable, te digo: allí está la experiencia, revisémosla, qué aportes dio la “cogestión” (seguro los hay), para qué sirvió y qué es hoy en día Alcasa y cuáles fuerzas están allí fortalecidas. Aunque ciertamente la COGESTIÓN no es línea del PCV no usamos epítetos descalificativos para quienes la impulsaron Rojo, no hay nada más dogmático que el “antiestalinismo”, ese del cual tú, compañero, eres un ferviente militante; esto se ha convertido en teoría y práctica de acción y “motivo de existencia” de no pocos compañeros del movimiento obrero y sindical clasista, que hacen una evaluación del hecho histórico con los ojos del enemigo, enemigo al que Stalin, el PCUS y el glorioso pueblo soviético derrotaron en los aspectos económicos, militar, científico y por su puesto político al saber aplicar con genial creatividad las enseñanzas del marxismo-leninismo.

A los “antiestalinistas” les he escuchado decir cosas como estas: “yo a Stalin no le reconozco nada, en lo ABSOLUTO”, ¿hay algo más dogmático que eso?, fíjate que la historia demuestra que la debacle de la URSS y de esa gran experiencia socialista está directamente ligada al antiestalinismo que se hizo práctica consuetudinaria de ese Estado luego del XX Congreso del PCUS llamado, acertadamente, el de la “DESESTALINIZACIÓN”. Me he complacido mucho al leerte en tu “respuesta” hablar sobre los contextos, porque recuerdo que alguna vez, precisamente en una discusión de este tipo, me dijiste, que “el contexto no era más que un chantaje”. Rojo, el PCV no es estalinista, reivindicamos la acertada dirección que Stalin ejerció sobre una URSS naciente y amenazada porque se trata, nada más y nada menos, que del Primer Estado Proletario de la historia de la humanidad (ya sabemos que la Comuna de Paris como toma de poder por el proletariado fue una experiencia muy rica aunque muy corta), que derrotó a poderosísimos internos y externos y la burguesía mundial no puede ver esto con buenos ojos, lejos estoy de afirmar que en la conducción de la URSS por este camarada no se hayan cometido caros errores que de manera dialéctica y responsable los partidos comunistas de hoy estudian, eso sí desde una posición clasista y no holywoodense. Te recomiendo te leas, creo se consigue en digital, el libro O Socialismo Traído (El socialismo traicionado) de Ediciones Avante, es un buena análisis marxista reciente sobre la caída de la Unión Soviética.

Es hora de aplicar a ese necesario estudio histórico categorías marxistas y no la ya desvencijada cantaleta antiestalinista que parece obviar logros que están allí inmensos y palpables. Es hora de dejar el dogmatismo, incluso en esta materia.

Por otro lado reafirmas por enésima vez y nuevamente de manera truculenta, que el PCV, y los programas de los partidos comunistas del mundo, plantean un “socialismo positivista” que propone la “revolución por etapas”: ¡falso!, consecuentes con la dialéctica, con sus leyes y sus categorías afirmamos que de acuerdo a nuestras particularidades la acumulación de fuerzas a favor del socialismo debe darse DIALÉCTICAMENTE en el marco de una lucha tenaz y permanente contra el imperialismo. Basado nuevamente en Lenin, discúlpame Rojo pero soy leninista, te planteó: ¿sí el imperialismo es “fase superior y última del capitalismo” como es que la lucha antiimperialista está “mecánicamente” separada de la lucha por el socialismo?.

Acontece, cuestión de táctica de los PC’s (marxistas-leninistas), que la generalidad arriba enunciada en forma de pregunta tiene particularidades que orientan en lo concreto a “sumar” (no encuentro un término más adecuado), a capas que objetivamente no tiene planteado el socialismo en su horizonte estratégico, por sus intereses concretos, a la lucha antiimperialista. Nuestra táctica nos enseña que solo con una poderosa acumulación de fuerza podremos avanzar en esta lucha frente a un enemigo tan poderoso. (Insisto cuestión de táctica).

Ahora amigo, pregunto yo, sí la táctica antiimperialista es tan “mecanicista” y está tan “desacreditada” desde tu concepción, según los señalamientos históricos que haces contra la III Internacional y contra Dimitrov, ¿en qué se basa tu apoyo al proceso bolivariano y a la figura, indiscutiblemente antiimeprialsita, del Presidente Chávez?. (Preguntas generadoras). Sobre nuestra admirada e inmensa Camarada Rosa Luxemburgo huelga decir que ya Lenin se ocupó de hacerle algunas correcciones que la práctica demostró acertadas.

Volviendo otra vez a los dogmatismos, reafirmo al leer tu “respuesta” que has hecho de diferencias en la táctica todo una práctica militante que no suma sino que resta; Rojo, tú como parte del equipo coordinador del Congreso del Control Obrero, evento que saludamos y en reconocimiento a su importancia participamos decididamente, ¿has hecho una evaluación objetiva, crítica y autocrítica sobre la baja asistencia que vaya más allá de simplemente llamar “majunches” a quienes habiendo asistido al encuentro del 2.011 no asistieron en esta oportunidad?.

¿No crees que la permanente descalificación, abierta o solapada, como aquella confesión pública en el cierre del Congreso en el Teatro Sidor que develó como la “metodología” aplicada iba contra un partido “A”, atenta en la práctica contra eso que tan entusiastamente afirmas práctica cotidiana y llamas “la unidad de lo múltiple y diverso de los procesos”?.

Quieres endosarnos un supuesto reclamo de “verdades” solo por manifestar nuestra opinión en un artículo y defender, como a todo militante corresponde, la línea que colectivamente se construye en su organización como resultado de un debate amplio, fraterno y profundo que descalificas permanentemente solo porque no se debate en el PCV según tu método.

Nuestro Principio de acción y construcción es el Centralismo Democrático, es una herramienta que está allí para usarla y a nadie se la imponemos; esto no quiere decir que no tengamos opiniones sobre las metodologías que se usan en espacios de discusión a los que asistimos así las asumamos cuando sean decisión previamente adoptada como el caso del Congreso; te explico: la metodología utilizada en el congreso, entendiendo según la confesión pública hecha al final del evento por un miembro del equipo organizador como ya referí, nos parece tramposa porque la democracia obrera no se trata de invenciones estrafalarias, se trata, en el seno del movimiento obrero donde no debe imperar el “ventajismo” de la democracia BURGUESA, de garantizar que las decisiones colectivas sean expresión de la voluntad de la mayoría (si, otra vez los comunistas con el leninismo, así somos); pero como alguien “decidió” que consultar y votar era “contrarrevolucionario” todos quienes pensamos diferente debemos callarnos.

Sin embargo, a pesar de nuestras observaciones, en respeto a las reglas establecidas en reuniones preparatorias para el mencionado Congreso, participamos y con esa metodología se decidió que la marcha a la Asamblea Nacional era “acuerdo del congreso”, lo que allí no se explicó es que alguien en “disenso” tenía también el derecho a sabotear una decisión; esa metodología no nos parece que tienda a unir a la clase sino todo lo contrario y eso debe ser revisado por que la metodología no puede en ninguna circunstancia estar en contravía a la ética revolucionaria.

En lo absoluto estamos contra la sistematización de las experiencias, esta herramienta debe ser elemento de garantía de registro y estudio del evento para la praxis consecuentemente revolucionaria; contra lo que estamos Rojo, es que conviertan a la sistematización en elemento paralizante de la acciónreflexión y en excusa para que verdaderos “preclaros” se guarden por meses los acuerdos que luego cambian “enderezándole la plana” a decisiones tomadas en conjunto por considerarlas estalinistas, coincidentes con la Tercera Internacional, Dimitrovista y cualquier otro adjetivo que otorgue “derecho” a cambiar líneas y acuerdos.

¿Dónde están las resoluciones, acuerdos, aportes, consensos, disensos y manifiesto del Congreso a mes y medio de su culminación?, Sí la metodología es tan democrática, ¿por qué hasta ahora se desconoce el paradero de dicha sistematización?. ¡Contra esos mecanismos oscuros es contra lo que estamos!

Bien sabes Rojo, que en el primer encuentro de 2.011 hubo una decisión tomada en asamblea, por votación, que luego no apareció en la sistematización final, bien sabes también que luego se dijo en una reunión que esta no era conveniente, a pesar de haber sido la única resolución que se adoptó en asamblea en dicho evento; para corregir esta falla de 2.011, el equipo coordinador del Congreso 2.013 se presentó con una genialidad digna de un tratado: ¡Votar es contrarrevolucionario!.

Otra pregunta generadora a propósito de la metodología, ¿no será dogmático hacer de ella, la metodología, el fondo y no la forma de un evento que debe estar orientado más bien a la consecución de objetivos reales de la clase?.

Tu “respuesta” me hace pensar que la misma no sólo te sirvió para proponer un debate, que como ya dije saludamos y atendemos con la mejor disposición, sino que al parecer también sirvió para una nueva catarsis contra el PCV a la que ya estamos acostumbrados de tu parte; ¿qué tiene que ver en este asunto el “repliegue táctico de nuestra organización a finales de los sesenta?. Pero bueno, igual asumimos este debate también.

No he encontrado nada más contradictorio en tu “guerra al dogmatismo” que lo que afirmas sobre este asunto del repliegue, tu posición en esta cuestión no sólo te muestra contradictorio sino que nos otorga la razón; Rojo, el antidogmatismo se expresa en: decidir una acción, ejecutarla, evaluarla y luego definir un replanteo sobre el asunto de ser necesario, es muy sencillo este mecanismo.

Cuando el PCV decide el repliegue, luego de inmensas demostraciones de heroísmo, sacrificio y capacidad de acción, junto a otras organizaciones revolucionarias como el MIR, la posibilidad de “toma del poder” por parte de la guerrilla eran inexistentes, nuestro ejército había sido diezmado en fuerzas con el lamentable saldo de vidas perdidas de inmensos dirigentes y valientes militantes en formación, según tu “antidogmatismo” ¿qué se debía hacer?, ¿luchar hasta que no quedara uno solo de los comunistas?, hoy el ELN (que nombras en tu escrito) plantea, en el mismo camino de las FARC, una nueva posibilidad de cambio en la táctica de lucha en Colombia lo cual señala antidogmatismo, una consecuente aplicación de la dialéctica y una enorme fuerza ganada en décadas de digno combate contra el poderoso estado oligárquico colombiano que lo obliga a sentarse en una mesa de discusiones a pesar suyo. ¿Según tú, con ello el ELN está “arriando banderas”?

Como dato histórico te señalo además que, todos los dirigentes del PCV que estuvieron de acuerdo con el repliegue en aquellos años murieron en las filas del partido, consecuentes con su política y accionar revolucionario (incuso algunos lograron “ver” el proceso bolivariano), mientras que muchos de los “gallardos” revolucionarios que se opusieron al repliegue denunciando “una cobarde conciliación” terminaron en las filas del enemigo de clase o apoltronados en la silla de la frustración histórica a consecuencia de la inmensa derrota que no quisieron reconocer a tiempo y actuar en consecuencia. (Años después, derrotados y aislados TODOS se pacificaron. Ciertamente, la verdad es una cuestión práctica. ¡Viva Marx!)

Toda crítica es bienvenida y aleccionadora; pero, te pregunto ¿podrías refeir alguna experiencia de construcción revolucionaria que más allá de aciertos y errores, de haber sido derrotadas por el enemigo por deficiencias en sus tácticas, de desviaciones, o de estar en pie actualmente como la gloriosa revolución cubana, etc. no estén vinculadas a Partidos Comunistas?. Para la historia revolucionaria no basta sólo con citar los fracasos, Rojo.

Lenin, al que tanto descalificas incluso bajo la barbaridad histórica de negarle su indiscutible carácter marxista, fue el conductor principal y fundamental de la Revolución Bolchevique orientado según su táctica y afincado en la forma de organización que propuso y defendió a lo interno del POSDR en la que además se basaron las revoluciones socialistas y de liberación nacional que siguen siendo faro y guía de los pueblos en nuestra actualidad y por eso, según se expresa la realidad en nuestras condiciones concretas, nos sentimos orgullosos los militantes del PCV de ser marxistas-leninistas. ¿Qué se ha logrado en el mundo bajo las metodologías y mecanismos que propones?.

En muchos párrafos tus disertaciones son groseras manipulaciones a mi artículo y a lo que efectivamente expresa, en ningún lugar digo que alguna experiencia consejista por no estar “dirigida” por el PCV sea fallida, etc; lo que claramente expreso es que algunas experiencias están recibiendo una dirección que no los está haciendo instrumentos consecuentemente revolucionarios sino organizaciones que en su práctica sirven al capital.

Otra duda, ¿según tus disertaciones, los aportes del Sr. Carlos Lanz son los aportes de un “jefe sabelotodo”?.

Veamos esto que afirmas: “En los colectivos en lucha, amigo Meléndez, no existen acuerdos por cúpulas o dirección, se acuerda con plena discusión en toda su militancia ya que no existe ni dirigente ni dirigido, ni jefes ni base o masa”… Así es precisamente en el Centralismo-Democrático Rojo, no hay acuerdos burocráticos, todos los acuerdos son resultado de un debate profundo que de ameritar verificar donde se encuentra la opinión mayoritaria recurre a un mecanismo de votación, sí eres tan amplio como pretendes afirmar ¿por qué descalificas el método solo por no compartirlo?; en tu método, ¿quién decide la tarea a aplicar?, ¿el que sistematiza? (te recuerdo que algo de esto hubo en el I Encuentro del 2.011 y pudiese ser, digo yo, causa de la merma considerable en la asistencia al Congreso 2.013 el que mucha gente, sin necesidad de ser majunche, haya sentido que tu mecanismo “democrático” no respetó muchas cosas que en democracia se acordó en el primer evento y decidió no asistir).

Nosotros también soñamos Rojo, por soñadores somos comunistas, pero tenemos la responsabilidad de hacer realidad ese sueño y eso, desde nuestra concepción, requiere una táctica concreta, requiere flexibilidad, requiere estudiar las experiencias históricas de forma dialéctica (asumiendo sus contextos), sin repetir los discursos de la burguesía que a falta de poder lavar la cara a sus genocidas, que por cierto no nombras ni al más fácil: Harry Truman, entonces pretenden igualar a los líderes que con aciertos y errores lograron construir sociedades socialistas que liquidaron el poder del capital, aunque transitoriamente.

Rojo, más allá de tus observaciones y profundas críticas (seguro algunas de ellas válidas), igualar a lo que llamas “stalinismo” con el sionismo y el fascismo; es decir, equiparar a Stalin con Hitler, Mussolini o cualquier asesino del Estado sionista de Israel, es una bofetada a la realidad que te coloca al margen de ser un marxista consecuentemente estudioso de la historia.

¿Cuántos “campos de concentración” se encontraron en la URSS? (yo he visto varios por History Channel) ¿Cuántas armas de destrucción masiva se encontraron en Irak?, ¿Cuántos niños por día desayunaba Fidel en su juventud?... lo que la historia sí demuestra es que la exageración de mecanismos de defensa al débil y amenazado Estado soviético en sus inicios, agredido desde afuera y desde adentro, exacerbó reprendas, exilios y penas a militantes que seguramente eran inocentes o de dudosa participación en actos conspirativos, pero no es esa la situación general. ¿Qué me dices de los juicios de Moscú, eran inocentes también los juzgados?. Por favor, según tu posición Stalin no era más que un psicópata asesino en serie que hace parecer a Hitler, a Ted Bundy o al conquistador Pizarro como personajes de Candy-Candy. ¿Critica revolucionaria con la voz y ojos de la burguesía?

Afirmas en alguna parte del escrito que el PCV en algún momento no acompañó la propuesta del Control Obrero, asumiendo como cierto lo que dices (aunque no me consta, como bien sabes producto de la clandestinidad y de los duros golpes represivos contra el PCV muchos pasajes de nuestra historia no están escritos), ¿dónde está lo grave?, ¿dónde queda el “antidogmatismo”?, ¿es malo replantear la línea?.

Lo cierto del asunto es que han sido los Partidos Comunistas los que han asumido, especialmente desde el Poder, la propuesta e implementación del Control Obrero en las experiencias históricas de auge revolucionario, te cito tres emblemáticos ejemplos: Decreto de Lenin de 1.918; Impulso a estas instancias por Gramsci; establecimiento de esta propuesta del PCP en Portugal luego de la Revolución de los Claveles en 1.974.

Sorprende que tú, consecuente antidogmático, otorgues una condición casi divina a los partidos comunistas, traes a colación errores de partidos como el francés o el griego en algunos momentos históricos, ¿cuál es el problema con esto?, las organizaciones comunistas se han equivocado y seguro lo seguirán haciendo, respetamos a quienes no se equivoquen. Puedo compartir que esos errores cuestan casi siempre duros años a la militancia y al futuro de los pueblos, por eso somos cuidadosos y no aventureros, pero nada, amigo, garantiza a una organización humana no equivocarse.

El socialismo, no surgirá de las entrañas del capitalismo como surgió este del feudalismo; el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo comparten como factor común la división de la sociedad en clases y la explotación del hombre por el hombre, el socialismo como transición a la sociedad sin clases corresponde a un salto mayor en la historia de la humanidad , consecuentes con eso planteamos la necesidad de asunción del Poder Político (ESTADO) por parte de la única clase objetivamente interesada en el socialismo, con sus debidas alianzas, para lograr esta meta. Es nuestra táctica leninista adoptada a las realidades concreta. (Leyes Generales y Leyes particulares del desarrollo).

Según el momento que vivimos en Venezuela, los comunistas estamos convencidos de la necesidad de implementación de este mecanismo como forma de acumular fuerza para la transformación de las relaciones de producción, pero como somos leninistas, también estamos convencidos que el cambio de relaciones de producción no se llevará a cabo hasta tanto la Clase Obrera tome el poder, respetamos que no estés de acuerdo con estas tesis comprobadas en la práctica, hasta pelearse con la realidad es un derecho respetable, lo que si no entenderemos jamás es que por muy equivocada que consideres nuestra táctica, presientas en ella algo tan dañino como para hacer de esa diferencia y de nuestra “derrota” la vía del triunfo revolucionario en Venezuela. Ninguna revolución socialista amigo, se ha hecho contra los partidos comunistas.

Y hasta ahora tampoco ninguna revolución socialista se ha hecho partiendo de la premisa de la no-organización sino todo lo contrario; al igual que no se es internacionalista por cuestión de “bondad” sino por necesidad material en la lucha contra el más internacional de los males: el capitalismo monopolista, estamos histórica y objetivamente persuadidos de la razón de Marx, Engel, Lenin y otros (entre ellos Rosa Luxemburgo fundadora del Partido Comunista Alemán) al proponer consecuentemente como parte inalienable de su teoría la necesidad de la organización para la acción revolucionaria, sí esas son las tesis que guían nuestro accionar.

La organización no divide a los trabajadores Rojo, dividen los compañeros que hacen de diferencias tácticas abismos insalvables y convierten diferencias conceptuales y de enfoque entre corrientes del movimiento obrero y sindical en contradicciones irreconciliables más profundas que las que existen entre la izquierda y la derecha, con esto convierten a aliados en enemigos haciéndole el trabajo a las fuerzas que apuestan, y de esa forma logran, derrotas de procesos que abren posibilidad de grandes avances en la derrota del capitalismo, sobre esto la historia revolucionaria está plagada de ejemplos.

Fraternales saludos, ¡Viva el debate!

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