Por Francisco Javier Sierra Corrales
Aram
Aharonian, es un comunicador social, intelectual uruguayo muy
competente. Prácticamente, el formato que aún sirve en Telesur, fue diagramado
por él, o por lo menos con su consentimiento, que indica amplitud de criterio.
Aharonian fue
despedido de Telesur por el mismo Chávez, en un momento en que este estaba
haciendo una razzia tanto en la televisora como en la Radio del Sur, en la cual
había periodistas de primera línea, algunos de ellos colombianos (que por
cierto uno de ellos fue vilmente entregado por el canal televisivo, con sede en
Caracas, y hoy en día es unos de los 9.500 presos políticos de verdad que tiene
el régimen de Santos) Desde aquí pido la libertad de Freddy Muñoz, valiente
periodista, joven colombiano, preso de conciencia, entregado por la Telesur de
Izarra, hoy flamante Ministro-Empresario de Turismo. Chávez despidió a Muñoz de
Telesur, sin aviso y sin protesto, para realizar una limpieza sobretodo de periodistas
de primera de origen colombiano y otras nacionalidades suramericanas que había
allí y en la radio del sur; y por él nombró a una incondicional, quien avaló
todos esos despidos de talentos críticos, que cualquier canal progresista
pagaría cualquier precio que estuviese a su alcance para tener una plantilla
parecida, pero Chávez podía tolerar cualquier cosa menos la crítica, y esa es la
muerte de la revolución bolivariana en Venezuela, en donde desgraciadamente al
proceso se le imprimió un carácter personalista.
No he
aclarado que el motivo de la razzia ordenada por Chávez, en la TV y radio del
Sur, fue motivado a la entrega indebida que este hizo del sobreviviente del
genocidio de la unión patriota en Colombia y ciudadano sueco, Joaquín Pérez
Becerra, también preso por el régimen de Santos y entregado por Chávez. En
Telesur y la radio del sur, se estaban dejando ver y oír voces disidentes a
esta entrega indebida y express, eso motivó la mencionada razzia.
A pesar del
despido intempestivo, Aharonian, siguió apoyando a Chávez, cuestión por lo cual
se le criticó de alcahuete consciente, pero hoy, y para beneplácito de muchos,
en un arrojo de dignidad “rompe el tubo” de una serie de intelectuales de izquierda
tanto sur-americano como mexicanos y españoles quienes han venido vendiendo un
supuesto socialismo y un supuesto proceso de izquierda en Venezuela, a punta de
petrodólares. Muchos de ellos están en una lista que circularán por todo el
mundo y se arrepentirán de ello, sobre todo de haber faltado a la verdad, a
conciencia de que en Venezuela para nadie existe ni nada que se le parezca a un
socialismo sino simplemente un proceso de socialdemocracia tardía, que a lo
mejor lo único meritorio sería que es mejor que el capitalismo salvaje. Hasta
ahí.
Debemos
reconocer valentía, coraje, arrojo en Aharonian, al escribir críticamente la
forma como Maduro, o mejor dicho el equipo asesor de PDVSA, que es el verdadero
dueño del país (La boliburguesía, la del dólar paralelo), que es quien maneja a
Maduro, decidió nombrar a una serie de artistas y deportistas sin tradición
política, más que todo sin tradición de política revolucionaria o de izquierda
o tan sola crítica, buscando el “voto blando” y disminuyendo el nivel político
del proceso, o mejor dicho de lo que queda de proceso.
En su artículo
titulado “La Farandulización de la Política” Aram Aharonian, luego de criticar
esta política concluye que “…ofensiva socialdemocratizante, que
acompaña este proceso exigiendo en forma paralela medidas seriamente
reaccionarias como devaluaciones y la dolarización de la economía, se trata de
hacer olvidar la esencia del movimiento bolivariano, ocultar todo rasgo revolucionario
(más allá de la redundante y consignera declamación), cuyas consecuencias
fueron la pérdida de casi 800 mil votos en la última elección…”.
Para
concluir, acertadamente y lapidariamente, en lo siguiente: “…Se está
fracasando en sembrar el proyecto y, más allá de sus éxitos profesionales, de
su eventual adhesión al proceso, lejos están estos candidatos
dedocrático-faranduleros de ser reflejo, imagen o síntesis del proceso
bolivariano, anticapitalista, antiimperialista y revolucionario. Quizá, lo
próximo que propongan los asesores socialdemocratizantes, sea, precisamente, ir
borrando paulatinamente esas definiciones ideológicas…”.
Desde aquí un
reconocimiento a este intelectual uruguayo, que ha roto el tubo, que mantienen
una serie de afines de habla hispana, quienes por conveniencia esconden la
realidad venezolana, a sabiendas que lo que existe en proceso es la
implementación de una socialdemocracia tardía.
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