El periodismo de
farándula en el ámbito de la política o cómo Sebastiana sin Secretos nos revela la falta de ética periodística
en Quinto Día.
Por La Guarura Impresa
Suponemos que la inexistencia de profesionales respetuosos
del trabajo comunicacional y que se adscriban a la línea editorial de Quinto día, debe reportar una difícil
traba a la hora de contratar personal en esta fuente periodística que tiene
como eslogan cuasi religioso: "Semanario de los Nuevos Tiempos"…
Si alguna duda pueda tener alguien sobre esa realidad – y si
tiene estómago para ello− paséese por los escritos que la
"periodista" Sebastiana Barráez Pérez produce para este semanario.
Si bien es un hecho público y notorio que nuestras
universidades adolecen de miles de limitaciones para que sus egresados
adquieran un mínimo de competencias en materia lingüística –incluso para
aquellos que se vinculan con áreas comunicacionales como lo son los periodistas−
la brecha de ineficiencia e ineficacia aumenta cada día más, en materia de
consolidar en un profesional de esta área, el ejercicio continuo del respeto hacia
cualquier ser humano de su entorno, que de un modo u otro se vincule con su
labor informativa.
Barráez Pérez ignora la cohesión sintáctica y semántica de la
estructura textual y oracional de sus "aportaciones periodísticas";
de modo tal que para leer sus escritos hay que hacer un verdadero ejercicio
inferencial que tome en cuenta sus precarias habilidades lingüísticas. Quizás
sus profesores de cátedra consideraron aquello de que "por el camino se
enderezan las cargas", sin advertir que sólo quien experimenta compromisos
con una tarea esencialmente humana, puede ejercer la práctica continua del
mejoramiento de habilidades, y en consecuencia, el logro de niveles de
desempeño no sólo satisfactorios profesionalmente hablando, sino también con
gusto y deleite por la producción de lo creativo, que es la base evolutiva que
garantiza el verdadero proceso humanizante del trabajo.
La lógica de actuación de estos "profesionales de los
nuevos tiempos", parte en la mayoría de los casos de una gramática
desastrosa que violenta la sintaxis del español venezolano, pero tiene su
máxima manifestación de decadencia en un comportamiento deliberadamente
farandulero, en la medida en que en sus producciones sólo alcanzan el nivel del
efectismo noticioso, el cual se sustenta, justifica y ejecuta a partir de una
práctica sediciosa y deshonesta hacia las personas a quienes asume como fuentes
informativas para estructurar sus tramas periodísticas.
En las fauces de este tipo de gorgonas noticiosas cayó
nuestro compañero Freiman Páez, cuando esta trabajadora de la noticia dedicó,
en un primer momento, una gacetilla de corte deliberadamente amarillista,
frente a la cual Freiman protestó
firmemente, y a la que «Sebastiana sin Secretos» responde publicando la
transcripción textual de una grabación telefónica a través de la cual ella
contactaba a Frieman. Esta publicación −digna
de alguien que se anuncia con tal epíteto en una columna periodística, y que se
siente amparada en "lo profesional" −entiéndase título universitario−
confirma la mala intención y el efectismo mediático de la mencionada
"profesional de la noticia" y de su perspectiva de percepción. Percepción,
sí, porque la observación es un proceso muy complejo que no tiene espacio en
este tipo de escritos farandulescos, en virtud de que lo habilitaría para
ejercer actividades de identificación, contraste, clasificación y
categorización que reclaman procesos cognitivos más complejos, que este tipo de
escribiente no puede ni siquiera imaginar en su ejercicio
"periodístico".
Y la percepción gorgoniana del periodismo de farándula que
pretende incursionar en lo político es, definitivamente, un mal del siglo
veintiuno, un veneno que ha dejado petrificado a más de un desadvertido lector,
y en el peor de los casos, a algún desprevenido informante que cree aún en la
decencia de la comunicación mediatizada.
No contenta con tergiversar la información que le
proporcionara el compañero Frieman Páez, en su práctica gorgoniana de la
comunicación, «Sebastiana sin secretos» publica, como ya se señaló, la
reproducción textual de una conversación de contacto que efectuó con el
mencionado compañero, pretendiendo dar razón "objetiva" de una
conversación que no fue concertada para los fines que esta "profesional de
lo noticioso" le confirió finalmente
bajo el título de "El polémico caso Petete".
Así son ellos. Esa es su "lógica" de actuación. No
pueden pensar ni pensarse sino dentro del monstruo que siempre los ha condenado
a formar parte de un sistema de depredación permanente de todo lo que
signifique relaciones verdaderamente humanas. Vaya, pues, nuestra solidaridad
con el hermano víctima del ataque mortífero, y nuestro firme rechazo hacia este
tipo de prácticas pseudo periodísticas que sólo pretenden envenenar el espacio
público alimentando el odio, el engaño, el comentario deshonesto y las trampas
comunicacionales.
Muchos Perseos harán falta dentro de la comunicación libre y
militante para librarnos del conjuro. Y ya andan por allí iniciando mil
batallas que terminarán más temprano que tarde por decapitar la mentira y
erigir la palabra verdadera, el verbo que fecunda en acción dirigida a construir
otra forma de hacer y de nombrar el hecho político.
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