Por
Pablo Gramajo- SACHAPERIODISTA
Periódico el Coyuyo –
Santiago del Estero
Ante
el Juzgado Federal de la ciudad de Formosa, Argentina, a cargo del Señor Juez Doctor
Marcos Bruno Quinteros, se interpuso una acción de resarcimiento a consecuencia
de la violación de derechos humanos por crímenes de lesa humanidad contra el
ESTADO NACIONAL, Expte. N· 123-ord.35, año 2005. Por la misma se solicita la
indemnización de daños y perjuicios, lucro cesante, daño emergente, daño moral
y determinación de la verdad histórica, a favor del pueblo argentino de la
etnia Pilagá (Pitte ‘laalé’ec) por la llamada “Matanza de Rincón Bomba”,
acaecida en las cercanías de la hoy ciudad de Las Lomitas entre el 10 y el 30
del mes de octubre del año 1947 [ ] por tropas de la Gendarmería Nacional.
Dicha
demanda fue presentada por el Abogado Julio César García con el patrocinio del
Doctor Carlos Alberto Díaz.
Por
el número de víctimas, el monto del resarcimiento sería un equivalente superior
unos cien millones de dólares (U$S
100.000.000) [ ].
(Texto
extraído del Resumen escrito por Carlos A Díaz Crousse 26/04/05).
Cuando
la historia quiere ser contada
El
día está nublado, el frío se va untando en los cuerpos, los vientos de agosto
llegaron en septiembre y parece que se quedarán hasta octubre. Ventarrón le
dicen por estos lados.
Valeria
Mapelman, fue quien realizó Octubre Pilagá, un documental que visibiliza el genocidio
ocurrido en la primera presidencia de Perón, más precisamente un 10 de octubre
de 1947.
¿Podrías
contarme un poquito cómo llegas a la información de lo ocurrido y cómo desde
ahí vas desarrollando el documental Octubre Pilagá?
Bueno,
en Misiones conocí a un abogado que se llamaba Ricardo Altabe, el murió hace unos
años, trabajaba con los Pilagá, y me contó que había existido una matanza en el
`47,
en Formosa y que había gente que estaba viva.
Cuando
conocí, después, un par de años más tarde, a los abuelos (los mayores de la comunidad)
ellos contaban que Altabe era un tipo muy comprometido y que se había acercado
a ellos para trabajar el tema.
Y
bueno, cuando llegué a Formosa, Altabe ya había fallecido, y tomó la causa
Julio García,
que trabajaba con Endepa, la pastoral aborigen. El que patrocina la causa es Carlos
Díaz y su estudio jurídico. Luego Julio García renuncia a Endepa y hoy trabaja para
el gobierno de Chaco.
En
el 2006 viajo a Formosa para empezar a trabajar con los abuelos, y en esa
primera semana de trabajo se relevaron muchos testimonios, porque los abuelos
decían que habían estado esperando 60 años para contar lo que había pasado y
era la oportunidad que ellos estaban esperando. Entonces me venían a buscar,
por ejemplo, vino un muchacho que me dijo: mi tío que vive acá cerca quiere
hablar con vos; y así íbamos de un lado para el otro y la gente
testimoniaba. Después de la primer entrevista me di cuenta que no servía usar
traductores porque los interrumpía, y era muy molesto para ellos, y decidí no
usar traductor.
Grababa
sin entender lo que me decían en detalle. Me daba cuenta que estaban contando algo
muy terrible porque a veces se quebraban, lloraban y después volvían a
arrancar. Así
fue como me volví a Buenos Aires con muchos testimonios sin saber bien de que
se trataban.
Después
de 20 días viajó a Buenos Aires Bartolo Fernández, que en ese momento era presidente
de la Federación Pilagá (la vice de la federación representa a las mujeres y hay
un tercero que representa a los ancianos) y con él empezamos las primeras traducciones.
Por
ese entonces, me di cuenta que había ocurrido un primer tiroteo el día 10, pero
después había continuado la persecución por lo menos durante 8 días, con fusilamientos,
violaciones y asesinatos, en un territorio de 100 km cuadrados, con tres regimientos
movilizados. Ellos me hablaban de los regimientos de Pozo del Tigre, de Las
Lomitas, y de Comandante Fontana.
Los
Pilagá estaban realizando libremente una reunión donde se había fusionado su religión
con el evangelismo pentecostal y se intentó movilizarlos a las Reducciones Indígenas,
llamadas Colonias en esa época, a lo que ellos se negaron. El que estaba encargado
de movilizarlos a las reducciones, en primera instancia, fue Abel Cáceres administrador
de Bartolomé de las Casas.
Y
esta administración de Cáceres ¿Era una administración Institucional, con instancia
gubernamental, o era una administración solamente para los ingenios?
Cáceres
era un empleado de la Dirección de Protección al Aborigen, a su vez dependía de
la Secretaría de Trabajo y Previsión y del Ministerio del Interior en última
instancia.
Trabajo
y previsión tenía bajo su control a las colonias indígenas, por eso yo tengo la
sensación de que eran concebidas como campos de trabajo, no campos de
concentración como se entiende desde los nazis, sino como campo de
concentración de mano de obra disponible, es decir personas que eran llevadas a
trabajar a los ingenios y traídas de vuelta (eran instruidas en el trabajo
dentro de sus recintos, se les enseñaba a usar la pala, se separaba a los niños
de sus familias encerrándolos durante toda la semana en internados para niños
indígenas que estaban dentro de las colonias). Todo eso funcionaba de esa
manera en el año 1947, bajo la supervisión de los organismos estatales.
Cáceres
cobraba su sueldo a través de la Contaduría General de la Nación, ahí están los
documentos, y además tenía a varias personas trabajando con él; por ejemplo
había gente con cargos militares dentro de las colonias, es decir gendarmes; y
entre los empleados había también un hombre Qom llamado Basilio Vega que
trabajaba para Cáceres;
hacía de traductor, de guía, y además ejercía tareas de vigilancia dentro de
las colonias.
¿Dices
que no ha sido un campo de exterminio y sí de concentración, con qué fin?
Es
que la gente digamos estaba concentrada para llevarla a trabajar, la idea no
era que se murieran. Aunque ciertamente pasaban hambre porque no se alimentaban
bien en ese lugar, entonces creo que por desnutrición pudieron haber muerto
muchas personas. También morían en los traslados desde las colonias a los
ingenios.
Había
una continuidad del proyecto de Victoria (1884 conquista del desierto verde)
cuando ingresa al Gran Chaco como ministro de Guerra y Marina de Roca, y piensa
él mismo, acá hay brazos baratos y fuertes para la industria, vamos a
aprovechara estos tipos para trabajar en los ingenios azucareros de Salta y
Jujuy y en los obrajes y algodonales del Gran Chaco.
Si
hablamos de campos de concentración, que no han sido de exterminio. ¿Cómo eran
estas reducciones?
A
ver, por ejemplo, según lo que me han contado ellos, no eran campos con
alambres de púa, pero si había vigilancia policial. En las colonias también
existían ciertas leyes que los reprimían todo el tiempo, y fuera de estas
colonias se imponía la ley de vagancia, reprimiendo a los que salían a cazar
por el monte o que hacían su vida normal.
Lo
que sucede en el año 1947 no es un hecho aislado, hay toda una continuidad, por
más que se declara el fin de la conquista militar del Chaco en el 1917. Un
ejemplo son las represiones a las "tolderías" Pilagá acusándolos de
haber atacado el Fortín Yunka en 1919 durante el gobierno de Irigoyen. Después
el combate de la Mora Marcada, a cargo de un tal Néstor Golpe, gendarme de
línea, que resulta en un número indeterminado de gente asesinada; en el 1924 la
represión en la Reducción de Napalpí en el Chaco, en el 1933 la represión de
Zapallar, etc. Siempre hubo continuidad en las represiones, tanto en los
levantamientos que se producían dentro de las reducciones como fuera de ellas.
Los criollos cuentan que cada dos por tres ellos veían gente ahorcada de los quebrachos
porque los acusaban de robar una vaca. Entonces, sí, podías salir de Bartolomé
de las Casas o de Muñiz, pero no era simple estar afuera, no era fácil.
Y
en relación al 10 de octubre de 1947, cuando se producen los primeros disparos
por parte de los gendarmes ¿cuál es el argumento de gendarmería en relación a
estos hechos?
Gendarmería
dice que ocurre un malón en Las Lomitas, que 1500 guerreros Pilagá se abalanzan
con flechas incendiarias contra el regimiento de gendarmería (es alucinante el número,
no tiene ningún sentido), es una historia muy poco creíble. Los diarios de la época
reproducen toda esa información y hasta se refieren al asesinato de una mujer, que
aclaran, es una mujer cristiana.
Ese
es el argumento de la gendarmería, y los argumentos de la prensa de la época,
que por los menos en los primeros tres y cuatros días, para justificar la
represión, hablan de un malón en las ediciones del 11, 12, y 13 de Octubre.
Hasta que se empiezan a desdecir y afirman que el hecho no fue tan grave, que
en realidad no hubo muertos, que la represión no ocurrió y bueno se empieza a
silenciar todo hasta que el tema desaparece.
La
realidad es que los Pilagá estaban reunidos en La Bomba porque había un sanador,
un hombre que curaba, y su fama se había hecho muy grande, se había corrido la
voz en las comunidades (si uno habla con la gente de la Colonia La Primavera,
que actualmente se llama Potae Napocna, la misma que acampó cinco meses en la
Av. 9 de julio y Av. de Mayo aquí en Buenos Aires, recuerdan bien a Luciano, el
sanador, porque había gente Qom, que estuvo en La Bomba en 1947 y después vivió
en La Primavera).
La
reunión que convocó Luciano, cuyo nombre en Pilagá era Tonkiet, fue multitudinaria.
Y una semana antes del tiroteo, empiezan las amenazas para que abandonen el
lugar: “este lugar no es seguro, hagan caso porque corren riesgo y ustedes
no van a tener como defenderse si las cosas se complican”, etc. Pero los ancianos
se niegan a irse, porque para ellos ese era un lugar sagrado y que les pertenecía.
La chacra del cacique Pablito estaba en ese lugar mucho antes que se convocara
toda esta gente, porque había agua y estaban cerca del tren que venía de los ingenios.
Este era un lugar de parada de los Pilagá y de ahí se distribuían a sus comunidades
de origen. Los Pilagá se acercaban muchas veces a Las Lomitas convocados por
los conchabadores de los ingenios, y ante las amenazas no se quisieron ir.
El
10 de octubre Gendarmería pone por lo menos dos ametralladoras pesadas frente a
la gente, y varios fusiles. Los ancianos también recuerdan unos cañones que
tenían las ruedas como carros. Desde un sector elevado dispararon cerca de las
18hs; los Pilagá estaban en un lugar más bajo. Después de cada ráfaga caían
muertos, mientras los otros escapaban.
¿Eso
es en Las Lomitas, el 10 de octubre a las 18h de 1947?
Otros
habían escapado antes, por la mañana. Ya algunos chicos que vivían cerca y trabajan
dentro del regimiento limpiando la cocina y haciendo leña (estos tenían una relativa
relación con los gendarmes), son avisados por un gendarme que los iban a matar y
pueden a su vez alertar a algunas familias para que escapen. Pero de los que
quedaron, muchos murieron.
Se
habían movilizado muchas tropas con camiones, perros, y durante la madrugada continuaron
disparando contra el monte, disparan y disparan, y ellos siguen escuchando los
tiros mientras escapan. En la mañana siguiente los gendarmes empiezan a
patrullar los caminos y los ríos, ya que la gente necesitaba tomar agua. Se van
produciendo más capturas, fusilamientos, violaciones.
¿Qué
le ocurre a esta persona que curaba, es decir a Luciano?
Luciano,
se mete en un pozo, cuando pasan los tiros se escapa con un grupo de gente. No
conocí sobrevivientes que escaparon con él, sí conocí a su mujer, pero ella
escapó para otro lado.
Luciano
sobrevive a la masacre y el culto que él hacia se sigue reproduciendo tiempo después.
Curaba sobre un círculo elevado, donde se paraba y daba su sermón. Era una mezcla
de la antigua religión con el evangelismo que había llegado hacía poco a la
zona, los evangélicos no lo querían porque era visto como un “brujo” (piogonak)
y para los antiguos no era un piogonak verdadero, era un piogonak “contaminado”.
Lo que dicen muchos, es que quedó traumatizado por lo que pasó.
El
otro protagonista de la historia es, Oñedié, Pablito Navarro, que adquiere su protagonismo
desde el momento que los gendarmes empiezan a decirles que se vayan y él se
hace vocero de las decisiones que tomaba el grupo, porque hablaba el
castellano. Pablito también logra escapar con unas 100 personas hacia el norte
y trata de cruzar las fronteras con el Paraguay, pero lo capturan.
¿Qué
día sería la captura de Pablito?
Más
o menos lo capturan entre el 16 y 17 de octubre. Mientras en Buenos Aires se celebraba
un año más de gobierno peronista.
En
relación con lo que decían los medios oficiales. ¿Había otra información
paralela?
El
diario el Intransigente de Salta de propiedad de Michel Torino, vocero del radicalismo
salteño, manda un corresponsal a Las Lomitas. Éste constata que en el lugar,
hubo una masacre, y que está todo quemado. El corresponsal ve huesos, un cráneo,
la espina dorsal de una persona, y los restos humanos comidos por los perros, y
publica esta información que coincide con el testimonio del sobreviviente Haik,
(su nombre en castellano era Santiago Cabrera) que cuenta, que llegando del
ingenio Ledesma, encuentra todo quemado, incluidos restos humanos y de “tolderías”.
¿Cómo
ha sido el desarrollo de las persecuciones?
El
16 sale un avión del aeródromo militar de El Palomar en misión de
reconocimiento, que aterriza en Paraná para cargar combustible y después en
Resistencia donde primero sacan la puerta y le colocan una ametralladora. Es el
regimiento 3 de ataque que vuela a Formosa Capital y después sobre vuelan toda
la zona. Supuestamente su misión era ver la zona desde el aire, para ubicar a
las personas que escapaban. Y uno se pregunta ¿para qué pusieron una
ametralladora si solo tenían que mirar? La cuestión es que ese avión aterriza
en el Fortín Salazar, donde se encontraba Pablito capturado. Esto se ve en la
película. Hace poco uno de los pilotos fueron llamados a declarar.
¿Qué
ocurrió con Pablito luego de la captura?
Lo
encuentran en paraje llamado El Cuervo, cerca del Paraguay y lo llevan
prisionero a Colonia
Muñiz con la gente con la que escapaba. Una persona que entrevistamos, un criollo
de Estanislao del Campo, lo vio años más tarde, en el 50, cuando lo trasladaban
en un camión jaula, desde Muñiz hacia otro lugar. No sabría decir cómo murió
Pablito. Sé
que estuvo como tres años cautivo.
En
una entrevista que te han hecho en Página 12, dicen que Perón mandó un tren con
alimentos. Y en relación a esto ¿Perón tiene algo que ver en esta masacre?
Como
comandante en jefe de las fuerzas armadas, Perón estaba sobre Sosa Molina que era
el Ministro de Guerra y Marina. Este último es el que ordena la movilización de
tropas. Hay una responsabilidad desde ese punto de vista y por no haber
investigado los hechos. Pero es imposible saber, si él dio la orden. Tuvo la
responsabilidad que tiene todo jefe de las fuerzas armadas.
En
relación con el tren con alimentos no encontré documentación que probara el
envío.
Esos
alimentos dicen los abuelos que fueron llevados por los camiones de los
almacenes de la zona: Tienda Curesti y tienda Buenos Aires, que ellos conocían
bien. Luego de ingerir los alimentos empiezan a sentirse mal y hay gente que
muere. Ellos atribuyen esas muertes a un envenenamiento. En la causa judicial,
se habla de un tren con alimentos que Perón habría mandado a los Pilagá, antes
de la masacre, porque tenían hambre.
Yo
no pude corroborar en ningún documento ese envío, tengo la sensación, que hay un
encubrimiento que complica la comprensión de todo este asunto.
En
relación con estos encubrimientos, ¿Qué pasó con los cuerpos acribillados?
Muchos
fueron quemados, después se pasaron topadoras, y además los cadáveres fueron trasladados
en camiones para llevarlos lejos. El forense, después de preguntar a mucha gente
(cuando se abre la causa), ubica tres fosas comunes, de las cuales se abrió en
el paraje Alegría, a 5 o 6 km de Pozo del Tigre y a 30 km de Las Lomitas,
adentro del monte, en un lugar que era el lecho de un río de verano, por donde
el agua corre de golpe y se lleva todo. En la fosa del paraje Alegría, se
encontraron 24 cadáveres en el año 2006. Los cráneos y los huesos grandes se
ven semienterrados, el lugar todo está sembrado de dientes y de pequeños
restos. La gente de Pozo del Tigre fue testigo de cómo los camiones pasaban
mientras les decían que entren a sus casas porque se acercaba otro malón, y de
esa forma se creó una zona liberada.
¿Y
cómo está la causa, hoy?
Lo
poco que se es que el juez Quinteros se fue de la causa, que algunos ancianos declararon,
pero otros esperan ser llamados a declarar. Las víctimas de esta masacre viven
en la indigencia, porque fueron expropiados de sus territorios, fueron
explotados como fuerza de trabajo, perdieron todo, se les prohibió usar sus
nombres, viven en lugares sin agua y donde el hambre y el Chagas es endémico.
El pueblo Pilagá merece un resarcimiento económico y un pedido de disculpa por
parte del Estado Nacional.
¿Cómo
llegan a saber la cantidad de muertos?
Antes
del fusilamiento el número no está muy claro, según fuentes de gendarmería, había
aproximadamente 2000 personas, si uno habla con los sobrevivientes que quedaron,
más o menos se puede llegar a 500 personas que escaparon, si quedaron 1500 atrás,
varios cientos pueden haber muerto. Por ejemplo hay un dato que hay que tener
en cuenta, y es que una ametralladora dispara 500 balas por minuto y había dos ametralladoras,
y a su vez de los grupos que escaparon algunos desaparecieron por completo.
Aparte
de los fusilamientos que se repitieron, muchos morían de hambre o de sed, o por
las heridas que se infectaban. Cuando había una persona herida no lo podían
seguir cargando y la tenían que dejar, y otros testimonios confirman que a
medida que avanzaban veían muchos bebes y niños muertos.
No
es fácil saber cuánta gente murió, pero fue mucha gente, hacía 40 grados de
calor, y sólo tomaban el agua que se acumulaba en las plantas.
La
democracia en los tiempos presentes
La
Argentina, se gestó con la sangre de los pueblos originarios, eso es claro.
¿Se
puede decir que el genocidio ha terminado? O ¿hay nuevos hechos genocidas? Una cosa
se sabe: que la tierra de los campesinos e indígenas sigue siendo arrasada, los
mismos siguen siendo desalojados y asesinados, y que en la enunciación: “estamos
mejor”, en ese mejor muchos siguen excluidos.
Se
han cumplido 65 años de la masacre de los Pilagá. El resarcimiento es
necesario, pero también es necesario que los culpables paguen por lo que
hicieron, por eso es imprescindible hacer un juicio histórico, y decir que en
el gobierno de Perón había reducciones de indígenas, es decir mano de obra
esclava, es decir esclavos.
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