Por: Francisco Javier Sierra Corrales
En horas de la alta noche de un día como
hoy −y más que en altas horas de la noche, en las primeras horas del día
subsiguiente, lunes 16 de agosto del 2004− el país se enteraba que la derecha
había perdido el referéndum revocatorio. En otras palabras, Chávez se quedaba
en Miraflores, hasta el 2007.
Ese día fenecía una etapa de la revolución
bolivariana y nacía otra. Vencía la etapa más difícil de cualquier revolución:
la etapa de consolidación producto del accionar contra-revolucionario que tuvo
su inicio el 10 de diciembre del 2001, con un paro nacional empresarial
relativamente exitoso; experimentó su clímax entre el 12 y 13 de abril del
2002, en donde logra derrocar al gobierno bolivariano; se reavivó producto de
una sentencia indigna y bochornosa del máximo tribunal del país, que cohonestó
un golpe de estado; precisamente un 15 de agosto del 2002, obtuvo un segundo
aire con el paro sabotaje y golpista petrolero, el 2 de diciembre del 2002, el
cual es derrotado definitivamente en febrero del 2003… Después vinieron las guarimbas,
los “firmazos”, y por último en el 2004 se va a un referéndum, un 15 de agosto
del 2004, con el resultado, arriba descrito.
El 15 de agosto, el gobierno bolivariano
encabezado por Hugo Chávez, salía fortalecido y había derrotado en el periplo
que iba desde el 10 de diciembre del 2001 hasta el 15 de agosto del 2004,
militar, económica y políticamente a la derecha pro-imperialista. Derrota
militar que se consuma el 13 de abril cuando revierte un golpe gorila dado por
el generalato, derrota confirmada con el “show del generalato en la plaza
Altamira”, en donde no logró mover a ningún soldadito. Esta victoria es muy
importante y básica para lograr cambios profundos, ya que el principal freno de
los gobiernos progresistas en Nuestramérica "eran los ruidos de sables".
(No solamente eran un freno para gobiernos de izquierda, en este continente
hubo presidentes liberales, masones y librepensadores que quisieron hacer
reformas agrarias, reformas bancarias, reformas educativas profundas,
nacionalizar las riquezas naturales y gobernar a favor del pueblo, pero
tuvieron un freno para esas reformas).
Y si la amenaza de los ruidos de sables
no era suficiente para detenerlos, inmediatamente venía el cuartelazo
propiamente. Chávez, al derrotar a la derecha militarmente, no tenía ese
problema de “ruidos de sables”. Podía hacer las reformas más radicales y
profundas. Chávez, en el paro sabotaje golpista petrolero, logra derrotar económicamente
a la burguesía lacaya; logra tomar el control de la industria petrolera que
había sido entregada a los imperialista yanquis desde 1909 por Juan Vicente
Gómez, cuando le da un golpe palaciego a su compadre el patriota Cipriano
Castro; con el rescate de la industria petrolera, el resto de la economía podía
estar en manos de la burguesía, pero menos de 4 años era suficiente para crear
“otra economía” que superaría ampliamente a esa economía burguesa dependiente. Y
con ello se cerraba el ciclo de consolidación en el poder, lo que fue Bahía de
Cochinos y el periodo posterior de sabotaje y terrorismo en Cuba, la aplastante
victoria política, en el referéndum que se celebró un día como hoy, hace 9
años.
Aunado a la triple victoria anterior
(Militar, económica y política), sobre Venezuela cayó una bendición adicional,
y es que los denominados commodities, es decir las materias primas, experimentaron
un alza exponencial en el mercado internacional que no se veía por décadas. Entre
ellos, el más beneficiado ha sido siempre el petróleo, razón por lo cual entre
el periodo del 2005 y cinco años posteriores le entraron al país casi QUINIENTOS
MIL MILLONES DE DÓLARES (U.S $ 500.000.000.000), cantidad
suficiente y de sobra para que hubiésemos salido del sub-desarrollo, y fuésemos,
o la primera o la segunda economía del continente. Sólo superados o superando
al Brasil.
Pero nada de esto se dio, y por ello fue
el mismísimo Chávez quien dilapidó todo una gran capital que tuvo en sus manos
para desarrollar el país, como nadie en la historia lo había tenido; en este
período que nace el 15 de agosto del 2004, Venezuela pudo haber sido más feliz.
Y por el contrario, es en el periodo que va desde el 2004 hasta 2011, cuando
más se consolida el neocaudillismo y el culto a la personalidad hacía Hugo Chávez
Frías. Es cuando se refuerza y repotencia una derecha endógena, una burocracia
y una burguesía bolivariana, que al decir de algunos, con cálculos
conservadores han sacado del país o están en banco extranjeros, en dólares, la
cantidad de US $ 200.000.000.000 (Doscientos Mil Millones de Dólares),
aproximadamente (Algunos dicen que son Ciento Setenta Mil Millones de
Dólares, US $170.000.000.000), pero superan los Cien Mil Millones de
Dólares del puntofijismo, que Arturo Úslar Pietri denunció como el haber
“botado 10 planes Marshall”.
Y si acaso hubo algo, fue
asistencialismo, migajas para el pueblo que no son la solución. Yo con estas
palabras puedo ser silenciado, invisibilizado, pero el escalpelo frio y exacto
de la historia será implacable con quienes no tuvieron misericordia con la
patria y le hicieron perder esta gran oportunidad, y los pondrá en su sitio. Presiento
que será mucho más temprano de lo que uno se pudiera imaginar.
La pregunta de las cien mil lochas: ¿qué
hacer? Hay que volver al 27-F-1989; hay
que volver el verdadero 4-F-1992; hay que volver a Bolívar y ratificar el
socialismo −¡aunque yo sé que en la era post-Chávez la gente no querrá saber
nada ni de bolivarianismo ni de socialismo, desgraciadamente- pero con todo y
eso, haya que desempolvar el “espíritu del 27-F”.
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