Por Manuel Rugeles A.
El control de cambios
que se montó en Venezuela a mediados de la década pasada, dizque para evitar el
saqueo de dinero que -presuntamente- ES de todos los venezolanos, dio origen a
un turbio negocio -que no evitó precisamente lo que se quería evitar-: el gran
negocio de las llamadas remesas al exterior. Negocio del cual hicieron fiesta
cientos personas que viven en diversas localidades de la frontera
colombo-venezolana, y que, al convertirse en tráfico de enormes
ganancias -al igual que el del negocio de la extracción de gasolina-,
ha servido para alimentar bandas criminales organizadas y
mafias de todo pelaje.
El negocio consiste en
convertir los dólares obtenidos, a pesos colombianos, y luego
convertirlos en bolívares, en la sala de fiestas del llamado
‘mercado negro de divisas’. Es así que cualquier persona, por hacer
una remesa, o envío, de 300 dólares de Venezuela a Colombia -que
podía hacer hasta tres en cada mes- se embolsilla más de medio millón de
pesos ( ~ 540.000,oo pesos colombianos),
dependiendo de la paridad cambiaria especulativa establecida en el momento,
en la zona de frontera, entre nuestro devaluado bolívar y
el dólar norteamericano.
Entonces tenemos que
esos 300 dólares que se otorgan como remesa, equivalen a 1.890 bolívares
fuertes, al cambio ‘oficial’ de Bs. 6,30 por dólar; pero al cambiarlos en
régimen de ´mercado negro’, especulativo, a precio de dólar
paralelo, esos 300 dólares terminan convirtiéndose en más de Bs.
10.800,oo. O sea, diez millones ochocientos mil bolívares “de los viejos”
(porque también se juega con la denominaciones ‘vieja’ y ‘fuerte’, para
engatusar y asombrar con las ganancias).
La diferencia entre lo
que se tiene que pagar en el banco o en la agencia de cambio autorizada, y lo
que se obtiene en el mercado especulativo, es de casi 9 mil
bolívares fuertes. O sea, que después de ‘pagar’ (a cambio oficial)
lo que le otorgan como remesa, le queda –a quien hace la
transacción- casi nueve mil bolívares fuertes, que se convierten en ganancia
‘líquida’, para el que está desangrando al país, al hacernos trampas a
todos, en el caso de que la facilidad de la remesa obtenida, sea falsa.
Y esto último lo digo porque existen una pocas personas que sí tienen a
sus hijos estudiando afuera, y que terminaron siendo víctimas, por
la vía de las colas que tenían que hacer, y porque al entrar las mafias a
operar el negocio, a los tramposos les daban prioridad. Esto, en el
caso de que la paridad especulativa estuviese en 35 bolívares por dólar, como
estaba a mediados del mes de julio pasado, porque ya está -a pesar
de las subastas realizadas oficialmente- en alrededor de 40 bolívares por
dólar (!).
En un principio, el
negocio no era nada ‘complicado’. La constancia de residencia exigida por
Cadivi, la daban los Consejos Comunales. En muchas de estas
instancias del Poder Popular ni siquiera indagaban si la persona residía en la
zona geográfica correspondiente. O les bastaba un recibo falso de un
arrendamiento ficticio en la zona, para otorgar la constancia. Con
esta constancia iban a las ahora llamadas ‘Delegaciones’ (antes Prefecturas),
donde también en los principios de los tiempos, se confiaban de las constancias
expedidas por los Consejos Comunales, y, en una segunda fase, en
algunos de estos lugares comenzaron a ‘cobrar’ por las
constancias…
Comenzaba así la rueda
de las corruptelas, que en algunos (pocos) casos comenzaban en los
Consejos Comunales y continuaban en otras instancias
gubernamentales, pasando por las fulanas prefecturas.
Nos parece bien que se
le haya puesto freno a esta estafa, agrandada y continuada,
que con la alcahuetería de múltiples funcionarios, se llevaba a
cabo, ya que el desangre, solamente con las remesas obtenidas en el
Estado Táchira, y según cifras obtenidas en Colombia, en los
registros de ingresos de dinero por la vía de las remesas, del año 2011,
superaban éstas los 357 millones de dólares (!).
Porque si bien se ha
hablado bastante (y algunos funcionarios han coincidido en la cifra), de
que existían alrededor de 15 mil solicitudes mensuales, resulta que la
mayoría de las personas contaba con dos remesas, y otros muchos, con
muchas más. Descubrieron casos de personas que manejaban 9 remesas
y más. Y como ya lo dijimos, esto se convirtió en un
súper negocio. Y como todo lo que mal-anda, mal-acaba, cuando las
mafias delincuenciales advirtieron las enormes cantidades de dinero que se
estaban ‘metiendo’ algunas personas, también quisieron entrar en el
negocio, pero por la vía de las extorsiones, las amenazas
y el llamado ‘cobro de vacunas’, y así, el
negocio de las remesas ha traído hasta muertos y desaparecidos, por
no haber querido pagar extorsiones o ‘vacunas’.
Se organizaron entonces
entramados de gente, que por una cantidad de dinero, o por el montante de la
primera remesa, le conseguían a los que entraban a participar en la estafa,
desde los hijos (si no los tenían), los parentescos, constancias de matrimonio
o concubinato, lugares de vivienda, los sitios y constancias de estudio,
y otros documentos -todo falso- de manera que supimos de casos en
que los implicados, sólo por prestar sus nombres, recibían en sus casas,
sin hacer ningún papeleo, parte de lo obtenido por las mafias,
que se dedicaron de lleno al negocio.
Aquí se llegó al colmo
de que en un programa de televisión, que salió al aire a través de la
televisora local (TRT), una periodista hizo pública una denuncia que le
hicieron llegar, mediante la cual se acusaba al cónsul de Venezuela en
Cúcuta, de expedir constancias que avalaban las estafas, también a cambio
de dinero. El colmo continuó, cuando el Director de Política de la
Gobernación del Estado Táchira, (quien era el entrevistado) refutó esta
acusación con otra, en la cual involucraba a personajes importantes de la
misma planta televisora, enredados en estas estafas. El entrevistado
también dijo públicamente, que una importante cantidad de funcionarios
públicos de diversas entidades (y las nombró) en el Estado,
participaban del saqueo… O sea, la dicotomía que no hemos podido superar,
del funcionariado público, corrupto, de la mano de empresarios
privados, en el mismo empeño de ‘joderse’ en el país.
De allí, que desde
nuestra organización política, Partido Orientación Revolucionaria
Socialista -PORESTA-, demandamos a través de las redes (ya
que por los medios ‘normales’ como la prensa local, se hicieron los
‘locos’ con esta demanda y no la publicaron), que frente al llamado
‘gobierno de calle’ -que viene ‘ofreciéndose’-, se estableciera la
‘Transparencia de calle’, y que, en consecuencia, se
publicaran las listas con los nombres de esas personas implicadas en la estafa
al país, porque realmente no hay derecho a que personas así, formen
parte de la administración pública de un gobierno que se precia de
‘revolucionario’…
Con las denuncias aquí
asomadas, han debido abrirse averiguaciones vía ‘notitia criminis’,
tanto de las actuaciones del cónsul citado (ya que no ha habido
desmentido alguno por parte de este ciudadano, ni acción legal ofrecida para
contrarrestar semejante denuncia), como de las actuaciones del funcionariado
público implicado en la estafa. Han debido cancelarse las concesiones a
las casas de cambios y ‘courrieres’, cómplices de la estafa. Han
debido deportarse ciudadanos extranjeros dedicados a la estafa…
Gracias al descontrol
y falta de supervisión por parte de nuestro gobierno, ya se habla
de cifras que para el 2012 redondeaban los 500 millones de dólares estafados al
país (!)
Ahora que las
constancias de residencia las expide la gobernación del Estado Táchira, a
través de la Dirección de Política, se inspeccionan rigurosamente los
datos y se constata en el sitio, la dirección de los solicitantes.
Y las solicitudes se han reducido en 99 %. Las llamadas ‘viudas’
del negocio, es decir, a los que se les acabó el ‘pan de piquito’,
andan diciendo que el cohecho (o corruptela) se mudó para la
Dirección de Política, lo cual no debe ser cierto. Y en vista de lo
fallido que resultó el negocio, ahora que el gobierno tomó medidas,
entre las que cuentan reducir el envío de posibles remesas
solamente a padres e hijos (y ya no a abuelos, ni tíos, ni
hermanos, etc.), han mudado sus malas-intenciones hacia estados vecinos,
como Barinas y Mérida, para montar desde esos lugares los nuevos
entramados e ilícitos. Pero el propio Director de política del Táchira,
Licenciado José G. Zambrano, convocó a una ‘cumbre’ regional con los directores
de esos estados vecinos, para ponerlos en cuenta y atacar
también en esos lugares, las posibles estafas que pretendan montarse.
Todavía esperamos por la
publicación de las listas con los nombres de estos estafadores,
sean ‘chavistas’, antichavistas o ni-ni,
porque allí están los verdaderos traidores a la
patria.
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