Por Javier Del Valle Monagas Maita (*)
Es
indudable todos los sufijos “ismos” son negativos. Y no lo digo por decirlo. Si
no, por las connotaciones semánticas y concepciones materiales de esas
terminaciones. El machismo. Es una denotación morbosa de la condición del macho
que exagera su condición y se impone sexual mente al único género contrario (Eso dicho en términos machistas) En
términos de equilibrio se diría género
complementario. Un
tercer género no lo reconozco- sin
ánimos de encender una discusión ni de ofender a nadie. Es así, que la sociedad
se define como sociedad patriarcal. Donde
el padre así sea irresponsable, prevaricador, semental o vividor, tiene el
primer orden y derecho social.
El
asunto es que con la evolución de las tecnologías y las costumbres sociales,
las mujeres poco a poco se han rebelando contra ese patriarcado y se fueron
conformando en comandos feministas, donde sus derechos son contemplados en
leyes y doctrinas. De esa manera muchas exigen sus derechos más allá.
Pretendiendo igualarse a los machos, para salir a echarse palos, tener amantes
y vestirse como hombres, incluso asumiendo las posturas y gestualidades
referentes y estilan el lenguaje vulgar para hacerse notar y resaltar su
feminismo liberal. Hoy las
podemos ver en bares, cantinas, discotecas, licorerías y otros rincones, en
reuniones de grupos de su género uniforme. Sin la estorbosa intrusión del
machista mandón y regulador de temas y conductas. El feminismo se reivindica su derecho
a abandonar también a sus hijos, de pegarle al marido y de echar sus canitas al
aire sin que la recriminen, a menos que quien ose, se exponga a una
coñacita. ¡Ah¡ tienen una
ley que les concede ventajas, si las miran feo, pueden demandar y su palabra va
primero que la de los demás. Con esa potestad, se acabó de presunción de
inocencia del denunciado. Claro
está, esta exageración es como consecuencia vengativa de las acciones
agresivas, negativas y estúpidas de los machos golpeadores de mujeres.
A
esa cadena distorsionadora del deber ser denominado “ismo”, se suma el negrismo. Es un movimiento que aunque dice
reivindicar los derechos de los negritos discriminados, segregados y
racionados. Se han dado ha
identificar como los afro descendientes. Estos grupos exigen leyes específicas
y con beneficios específicos. Piden cuotas de poder, de representación y de
ostentación. Reclaman que
por ser considerados inferiores en el pasado esclavista, ahora deben tener
privilegios más allá de las mismas leyes, que pese a ser nacidos en Venezuela,
de descendencia de padres, madres, abuelos y tatarabuelos venezolanos. Su
orgullo es ser afro descendientes. Pero
que conste, que esa pretensión proviene de un grupito que se auto definió como
representantes del movimiento por los derechos de los afro descendientes, no es
que ofenda en termino afro, es que las cosas son como son, si no, habrá que
hacer otra cruzada por los hispano descendientes, los ítalo descendientes, y
los no descendientes. Ya
no es asunto de capacidad y de eficiencia en las funciones que se ejercen.
Ahora es obligación la concesión de espacios solo por el color de la
piel. El peo es que en
Venezuela hasta los descendientes de indios, tenemos color marrón oscurito
hacia negro. Lo que
complica un poco la cosa. Ahora
la salsa no es salsa o son, es música afro descendiente, el bolero no es
canción, es lamento negro, pero si se dejaron meter un contrabando con el son
montuno, dejándolo rebautizar comercialmente como bugalu etc. etc.
El
asunto aquí estriba, en que
a los negritos asesinos como Barack Obama, no se les debe mencionar su color de
piel, por que es una ofensa a los demás negritos. Si se puede decir del orgullo
de ser connacional del negrito Oscar de León, pero no menciones al negro
asesino y terrorista Obama. Eso es contrario a la afro descendencia y a la
nueva teoría de un grupito de vividores de los complejos de color impuestos a
la fuerza.
Desde
mi niñez he tenido amigos de color de piel negra. Nunca los vi ni mejores ni peores a
nadie, incluso muchos eran y son buenos
amigos, destacaban en deportes y en trato personal respetuoso. Algunos hoy
son profesionales destacados, con familias bien constituidas y cuyos hijos son
también destacados ciudadanos útiles a su comunidad y su país. Jamás los
escuché ni los oigo quejarse de un trato despectivo por su color de piel,
pidiendo privilegios por el color de su piel, y cuando hubo expresiones
ofensivas a su color, se dieron a respetar sin necesidad de una cruzada legal o un movimiento leguleyo, que
cobre beneficios por imponer a la fuerza que se les respete. Ellos solos, se
hicieron respetar y apreciar por su propia capacidad y voluntad de
vida. Yo he visto por
allí en la calle de mis vivencias, como a veces se veja y se humilla a blancos
que por ser pobres, son maltratados ¿Por que no hay un movimiento por las
reivindicaciones de los blancos pobre maltratados, discriminados y execrados?
Es
cierto. Si hay
discriminación racial en Venezuela, como en otras partes del mundo, pero el
enfoque para eliminar esas ofensas y barreras, no es como se hace por esos
“movimientos por los afro descendientes”. Eso más bien es una burla y una
estigmatización. En USA,
Martin Luther king, no se desvió en sus reclamos hacia cosas secundarias. El y el movimiento por las
libertades de los negros, se fueron a la medula del asunto, no a romances
reformistas y manipuladores.
Toda
acción de justicia, se refiere a derechos y garantías, no a privilegios y
ventajas absurdas. Yo no he
visto aun, el primer pronunciamiento de esos movimientos por los derechos de
los afro descendientes, pronunciarse sobre los crímenes de Obama en el mundo
¿no merecen censura esas aberraciones que matan por igual a blancos, negros
marrones y amarillos? Hay
que tener cuidado con las manipulaciones y los engaños interesados más en
beneficios grupales o particulares que en logros sociales…
Todos somos iguales ante la ley. Solo debemos hacerlas cumplir.
Vivan los negros, vivan sus luchas, no a las manipulaciones de razas y
credos…
(*) Abogado con patria
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