El IVSS y las clínicas psiquiátricas privadas

Por Arquímedes José Romero A

Luego de leer el reportaje publicado en APORREA en relación con las irregularidades que estarían ocurriendo con el IVSS, escribo para agregar otra situación que se pudiera estar presentando con las clínicas psiquiátricas privadas:

En Venezuela no se dispone de una red de atención pública para pacientes psiquiátricos, tenemos un sistema mixto (pero en esencia privado), pues el servicio lo prestan los privados, bajo ese sistema los pacientes de bajos ingresos son asistidos por el IVSS, quien cubre sus gastos, a través de la llamada "División de Clínicas". En la práctica, dichas clínicas son quienes controlan la situación, imponiendo sus intereses al propio IVSS, a pacientes y sus familias.

Tal es el caso de mi hermano, Aníbal Romero, recluido en clínicas de este tipo desde 2006, a través del IVSS, sufre de trastorno orgánico cerebral profundo que le genera incapacidad absoluta de convivencia familiar y/o social al no poder controlar impulsos de ninguna naturaleza.

Sorprendentemente,  las clínicas se "pelotean" a mi hermano bajo el argumento de ser un paciente muy difícil, (Precisamente por eso está recluido en psiquiátricos, si mi hermano fuera fácil estaría en su casa con su familia) amenazando siempre con darle de alta y enviarlo con sus familiares, pero luego lo remiten a otras clínicas, donde su reproduce el ciclo, sin que el IVSS ponga fin al asunto, por el contrario, insinúan que ellos deciden si el paciente se mantendrá hospitalizado o no conforme a las recomendaciones que les hacen llegar las clínicas.

Me pregunto: Si estamos en un estado social, democrático, de derecho y de justicia, según nuestra Constitución, y si además tenemos una serie de convenios internacionales y leyes que garantizan los derechos de las personas con discapacidad ¿Cómo es que las instituciones del Estado actúan en la práctica apoyando los intereses de las instituciones privadas que desechan a un paciente cuando este les genera más problemas del que están dispuestos a tolerar? ¿Estas instituciones acaso no deben cumplir el rol de apoyo a la persona con discapacidad para un ejercicio más efectivo de sus derechos?

La situación se agrava aún más en este caso por el hecho de que mis padres son dos adultos mayores muy enfermos, y mi única hermana es también una persona con discapacidad mental, afortunadamente más leve, y cómo es de suponer, esta situación a la que estamos expuestos por las clínicas y por la poca o nula voluntad de supervisión por parte del IVSS genera en nosotros un estado de angustia realmente asfixiante, que no debiera ocurrir si simplemente el IVSS cumpliera su rol y se pusiera al servicio del pueblo.

Hasta el momento habíamos actuado solos, sólo resolviendo crisis de emergencia, pero vemos ahora la posibilidad de unirnos a personas que pudieran estar pasando por nuestra misma situación,  a través de la intermediación de AIPO, pues suponemos que está situación que nos está afectando como familia debe ser el reflejo de un gran desbarajuste institucional a lo interno del IVSS que debe estar perjudicando a cientos o quizás miles de compatriotas venezolanos.