Cosas de la “disciplina” esto de guardar silencio en
cualquier circunstancia. Me quedé esperando un rato-casi dos meses- a que
alguien dijera algo a favor del amigo Argenis Loreto. Sí, Loreto, el compañero de
siempre, el leal en las buenas y en las malas, el civil, el tipo sencillo que
camina y platica.
De verdad me indigna -aunque no me impresiona los adjetivos
con los que Ameliach, el Bonaparte de Carabobo, señala al militante de siempre. Veamos: “Argenis Loreto o está enfermo mentalmente o se vendió a la contrarrevolución,
hay que llamarlo y ayudarlo porque no está en su sano juicio”, manifestó el
mandatario regional durante un acto en la parroquia La Candelaria de Valencia. “Yo (Ameliach) a Argenis Loreto lo respetaba mucho, hasta
ayer que me dio fue lástima, que un compatriota de la calidad de Argenis, cayera
en esto que cayó ayer”.
Nunca me he sentido “un soldado de la revolución”. Soy un
revolucionario y Argenis lo es también, y decenas de miles los son y es que con
eso de que “soldados de la revolución” al asumirse con ese título o grado
siempre sale un Sargento o un Teniente General o un Teniente Isea, ¡que miren
que es difícil de entender!
La fraternidad perdida, La izquierda esa que Ameliach sólo conoce de oídas y que casi con seguridad no entiende, ni comprende. Y es que la izquierda es disenso, diferencias, discusiones, fórmulas distintas de abordar un problema. Hoy, frente a este que determina quien está en su sano juicio y quién no, sigo sin entender por qué ni una sola palabra de solidaridad con el compañero al que el “laureado y mil veces victorioso Amelich" llega acusar e intenta convertir en un paria.
Me cuesta votar por candidaturas donde la única referencia
es la “encuesta”, ese método científico que generalmente se equivoca, y es que si
vemos resultados electorales y datos de las encuestas dados unos días antes
veremos que el margen de falla es estrambótico. Veamos el argumento de la
encuesta que esgrime Ameliach: Resaltó que una de las preguntas realizadas por
el Ivad fue, ¿Persona identificada con el Chavismo que le gustaría como
candidato del municipio Libertador? , “sin dar nombres a los encuestados” y en
la que Juan Perozo obtuvo un 68% y Argenis Loreto un 10,7 %,“...No le lleva nada.
Es lamentable que yo tenga que estar enseñando esto, pero tengo que hacerlo
porque están tratando de engañar al pueblo”, agregó el gobernador.
Con esto de Orwell me sigo deleitando, y así como Osorio, ese
“Wellington de la alimentación” es nuestro Ministro de la abundancia o algo
parecido. Estoy viendo que tenemos ya un “Ministerio de la Verdad” una batalla
difícil y no sé quien lo podrá dirigir, en todo caso es una batalla todavía por
ver, quien encabeza.
Lo que deben entender Ameliach y Osorio es que ya son
militares en situación de retiro y se está en elección de autoridades civiles y
que se usan las “armas” herramientas, posiciones de la civilidad para
argumentar, enriquecer y establecer el debate; que en el mundo de los civiles,
las órdenes impartidas no se obedecen a pie juntillas y si con cabeza fría y
corazón cálido.
Creo que seguiré esperando a que la palabra fraterno sea
recuperada por muchos y que la tienen por ahí como escopeta vieja y oxidada. La
palabra FRATERNIDAD, esa palabra cálida de los revolucionarios de siempre, está ahí, a flor de labios y espera salir a florecer pronto. Y conste, no estoy con la
candidatura de Loreto, pero el respeto a la integridad del género humano por el
sólo hecho de serlo, es necesario.
No veo una sola expresión así en contra de Isea, nuestro
“Zhukov” de Maracay, y es que entre estos chicos estos Mariscales de mil
batallas de victorias militares memorables, los lazos sí se vuelven sólidos y
flexibles al mismo tiempo y no se desatan fácilmente.
Aunque con Isea si funcionó aquella máxima atribuida a
General Álvaro Obregón “a ver quien aguanta un cañonazo de cincuenta mil
pesos”. Isea no lo aguantó y el silencio cayó como un telón frente a su
accionar de siempre. Sólo que esta vez fue evidente.
A ver si vamos respetándonos, las
diferencias no son motivos de récipes médicos o diagnósticos equivocados….
Aunque un pillo -y no un loco- “se fue a Washington en busca de unos centavos”.
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