Por Francisco Javier Sierra Corrales
Maduro regresó de La Habana repotenciado y trajo un paquete
de ideas (y medidas) en la mano para llevarlas a la práctica, no me queda la
menor duda que tiene por delante el asesoramiento (muy malo, pésimo, por
cierto) cubano, asesoramiento que para Venezuela no ha servido para nada mas
bien ha sido desastroso y contraproducente en lo que a sus efectos se refiere y
es que definitivamente Cuba, política, económica y socialmente hablando es otra
realidad muy distinta a la nuestra, que cualquier institución que se quiera
trasplantar y no es debida y profundamente filtrada, su aplicación es un
fracaso.
Dentro del paquete político (El paquete Cubano es político
porque el económico es neoliberal, adonde quiere ir Cuba) cubano de Maduro,
aparte de dar a demostrar su autoridad como lo demostró ayer en una parada
militar para dar sensación de fuerza (Al respecto estoy elaborando una
propuesta de defensa nacional con base en la constitución) y otras medidas, que
ya empezó a aplicar, aun estando en La Habana, como la de meter preso a Numa
Rojas de Maturín, que al igual que Parra de Valencia, forma parte del “ninismo”
(Eclecticismo a la venezolana) muy centralero o ucevista y es una forma de
debilidad, de guabineo, para dar la sensación que se es “imparcial”, “justo” y
en el caso de los chavecista, es una forma de “pedirles perdón” por anticipado
al enemigo burgués o justificarse ante la oposición de ultra derecha, ya que
“He metido preso a gente de la izquierda y a gente de la derecha…Yo soy
imparcial…Yo aplico la ley caiga quien caiga…”. Quiero aclarar que con esto no
estoy opinando sobre el fondo del asunto, es decir, si son inocente o son
culpables, ante estos casos repito lo que en una oportunidad dije con respecto
a Baduel, si es culpable o no sobre eso no me voy a pronunciar, lo que si se es
que hay otros que lo han hecho peor y causado más daño y gozan de la bonita
libertad, por ser incondicionales a la burocracia y desde este punto de visto
digo que el asunto es político porque estamos hablando de una burocracia que ha
perdonado hasta el cansancio a los verdaderos enemigos de la patria que han
cometido delitos graves y ahora se muestra inclemente e implacable con
debilidades o delitos menores de propios (Enriquecimiento ilícito o
falsificación en la declaración jurada es un delito menor en comparación con la
especulación de millardos de dólares o la fuga-robo de 200 millardos de dólares
y los presos son muy pocos), repito, con esto no quiero decir que no se debe
castigar a un quien cometa delitos como el enriquecimiento y falsificación
imputados a Numa, sino que se debe ser más riguroso y duro con los delitos
mayores, los que causan mayor daño social
y esto es justicia distributiva.
La justicia es algo serio, en donde el objetivo no puede
ser, el aparentar ser justo, aparentar o tratar de hacer ver que para castigar
o sancionar no se anda con contemplaciones de tipo ideológico y hacer lo que
hace el ministerio público, en muchos casos en las regiones, cuando detiene a
un adeco o a un escuálido, busca jalar también a un bolivariano, así sea por un
delito menor, para decir que son “parejos” en la aplicación de la ley; y la
naturaleza de esa conducta es porque se “tiene el corazoncito blanco”, así la
tela sea colorada. Metafísicamente es la ley de la afinidad, y los afines “se
juntan para rascarse” como los mochos, porque la afinidad nace en el espíritu,
es espiritual; ahora ningún deshonesto y criminal es afín de una persona
honesta y sana moralmente, ambos se rechazan, es matemático el dicho “dime con
quién andas y te diré quién eres”.
Repito, Nicolás vino repotenciado de Cuba y trae un paquete
político, aparte del económico de corte neoliberal, y entre las medidas de
corte político que tiene en mente para el 2014, está el congreso del PSUV, pero
no es un congreso para avanzar, ese “libro rojo” pesa mucho y es muy
comunistoide, es un congreso para retroceder para retrogradar, es para darle
connotaciones socialdemócrata a las palabras “socialismo”, “bolivarianismo”,
“revolución” que no quede ninguna duda que se trata de una socialdemocracia
(Tardía) y que los que quieran cambios radicales y anti-imperialistas, que se
vayan pal carajo porque en el PSUV no caben y por supuesto para darle
legitimidad a la antigua derecha endógena, hoy boliburguesía o burocracia
stalinista o chavecista, propiamente tal, y el que no acate la disciplina,
también que se vaya pal carajo. Esta burocracia stalinista, aunque ya con
Chavez en vida estaba bastante avanzado su legalización, prácticamente lo
estaba, Nicolás por cuenta propia necesita darle su relegitimación y eso se
hace con un congreso “fundacional”, “constituyente”, “democrático” a secas,
etc., etc., para que no quede duda que ningún “loquito” ni ningún “limpio”
dirigirá el PSUV sino pura gente “seria y responsable” con percha cara y
camionetota. Así decían los masista en los 70, al referirse a nosotros, los
revolucionarios de la época que éramos tildado de “ultraizquierdistas”, Nicolás
debe acordarse de eso, pero ese descalificativo, aunque era en contra de
nosotros, no iba dirigido hacia nosotros propiamente, iba hacia los adecos y
copeyanos, para que estos oyeran y le dieran credenciales de “democráticos”.
Ya Schemel, el de “HINTERLASE”, quien se ha convertido en un
ideólogo del chavecismo, a cuenta del método científico de las estadísticas
utilizadas de una forma prejuiciada a conveniencia, ha dicho "La
revolución tiene una tarea pendiente que es definir su modelo económico...
bolivariano y socialista, que todavía no está claro”. Esto tiene su explicación
puesto que el chavecismo ha perdido la brújula y ya no es un movimiento con
ideología con principios aunque sí con muchos clichés y lemas, al igual que los
adecos en su decadencia son un movimiento netamente pragmático, el pragmatismo
es su ideología, y al ser pragmático que más que una encuesta o un
encuestologo, muchas veces con encuestas parcializadas o que miran desde un
determinado punto de vista para ser quien marque la pauta o de la clave del
accionar político inmediato, después saldrá otra encuesta y así van de
encuestas en encuestas.
Si algo quedó claro en Chávez, y así se ha percibido
mundialmente, es que su revolución era radical, profunda, a fondo; ahora que él
y su entorno, tuviesen una “agenda oculta” esa es otra cosa, cuestión que se
tendrá que aclarar con la historia, porque nadie vende o traiciona o desvía una
revolución y queda como un héroe ante la historia, el pretender hacer eso no es
otra cosa sino la típica viveza criolla de nosotros los venezolanos que a veces
nos creemos más listo que todo el mundo.
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