Comentarios a un artículo de Héctor Lucena* en su columna
habitual del Correo del Caroní
Por José Capitán
Como siempre, nuestros comentarios toman nota de datos y
comentarios objetivos al margen de la interpretación que le da el profesor,
inclusive contrapuestos. El artículo en cuestión, “2014 plantea a los
sindicatos una necesaria reformulación” (15/12/2013), desde su óptica llama la
atención a una situación palpable, grave en el movimiento laboral, totalmente
discutible, y dirigido, a nuestra consideración, a los sectores de vanguardia
dentro del movimiento obrero, tanto en las corrientes políticas como sindicales
de todo Venezuela.
Lucena comienza con suavidad su columna, “Terminamos el 2013
con perspectivas inquietantes en materia económica para el nuevo año”, algo que
habría que indagar el cómo dar el toque de alarma o despertar a los incautos
que son casi todo el país a pesar del abismo por donde vamos cayendo.
Advierte, con base en la política económica, de “dos
consecuencias centrales sobre las relaciones de trabajo”. Expresa primero el
descontento contra el “Gobierno el principal empleador” de sus trabajadores
“por incumplimiento de lo firmado o acordado, o por postergar negociaciones con
sus servidores, quienes aspiran revisiones de sus condiciones de trabajo,
aspiración legítima en un contexto inflacionario como el existente”, y segundo,
“las repercusiones en los privados”. Para ambos se refiere, y resaltamos, los
problemas de “sus empleos, condiciones de trabajo y condiciones de su vida
familiar”. Como lo decimos nosotros, a los trabajadores les toca luchar contra
sus patronos sean públicos o privados, ambos representan directos o disfrazados
la clase social que maneja en el país.
Sus causas las establece en “el creciente déficit fiscal que
en el presente año alcanzará entre el 13-15%. El gobierno gasta más de lo que
le ingresa, a pesar de los muy buenos precios petroleros”. Denuncia que “el
presupuesto nacional ha perdido precisión para ser una referencia transparente”
por los tracaleros y mentirosos, añadimos nosotros, de quienes planifican y
entregan cuentas de la gestión del país.
Lucena resalta que “los ingresos para el 2014 con un barril
de petróleo a US$ 60, cuando se ubica al menos un 60-70% más arriba. El déficit
fiscal se fija en 4.5%”, y vislumbra “una devaluación inminente, así como se
anuncia desde las altas esferas oficiales la subida del precio de la gasolina,
y es de esperar otras medidas…”.
Continúa, “los trabajadores ha venido resintiéndose de los
efectos de las políticas públicas, y particularmente las laborales, de estos
últimos años. Resultado de ello es la fragmentación del movimiento” y le añade
como agravante, la política del gobierno “adverso al desenvolvimiento libre y
autónomo de estas organizaciones, dada las restricciones imperantes”, léase,
según nuestra apreciación, éstas son consecuencia de las políticas antiobreras
e interventoras que pretenden el desconocimiento de la organización sindical y
el derecho a huelga.
Desde su ámbito el profesor aboga por “Un esfuerzo de
agregación y coordinación entre las diversas organizaciones y tendencias que
activan en el movimiento de los trabajadores es una necesidad en el escenario
planteado”. Nosotros vemos y planteamos la necesidad de crear un Frente de
Izquierda y de los Trabajadores.
El artículo avala “la gestión judicial que acaban de hacer,
al solicitar la nulidad de varios artículos que en el Decreto con rango y
fuerza de LOTTT, atentan contra la libertad sindical” y asume considerar
esencial, entre otros, “el del Registro Nacional de Organizaciones Sindicales
que (el gobierno) dio un plazo que fenece este 31 de diciembre, con la amenaza
de disolver a aquellas organizaciones que no se registren”. En ese sentido,
aplaude la “gestión… promovida por todas
las corrientes y organizaciones que activan en el sindicalismo venezolano, con
la salvedad de la central promovida por el gobierno. Hay que destacar que por
años, quienes promovieron la solicitud no realizaban acciones conjuntas de esta
naturaleza e importancia”.
La situación demanda una respuesta de conjunto ante la
gravedad de la economía del país. Los organismos y leyes que el gobierno
prepara para reprimir son de tipo fascista (Ley Orgánica de Seguridad de la
Nación, Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria CESPPA,
Sistema Integrado de Monitoreo y Asistencia SIMA), hasta DRONES están
presupuestados –dicho por el ministro Rodríguez Torres–, miles de millones de
dólares para impedir las protestas y movilizaciones, no de la MUD, sino a quien
ellos le temen: los trabajadores y las comunidades urbanas o campesinas y los
pueblos indígenas.
Lucena considera que “Los esfuerzos de agregación y
coordinación como el destacado tendrán que repetirse en acciones no sólo de
tipo judicial, sino también en el quehacer de las propias relaciones laborales,
porque ha quedado evidenciado que múltiples organizaciones y corrientes
promoviendo conflictos, haciendo grandes esfuerzos para el accionar cotidiano
cada una por su lado, no han sido suficientes para detener los niveles de
deterioro de las condiciones laborales, a pesar del enorme ingreso petrolero
que el país ha recibido”. Para los trabajadores es importante entender que el
populismo del gobierno está agotado, los planes llegan a sus límites, los
recursos escasean y la corrupción aumenta. La economía de Venezuela con base a
la renta petrolera, improductiva y favoreciendo a una burguesía cada vez mas
parásita, coloca al país al borde de la quiebra cuyo elemento detonante seria
una baja coyuntural, por decir lo menos, de los precios del barril de petróleo.
Lucena cerrando deja “interrogantes para el futuro cercano”
a la cual nosotros respondemos.
“¿Qué medidas tomará el gobierno?”
OO: Más importaciones, venta de oro, devaluación,
endeudamiento. El gobierno prorrogará las medidas para intentar salir de la
crisis económica pero descargándola sobre los trabajadores.
OO: ¿Qué papel jugarán los trabajadores y sus organizaciones en
la construcción de esas medidas, serán consultados?”
OO: Si no lo han hecho hasta ahora, continuarán siendo
criminalizados en sus luchas e interviniendo con los militares, o con el apoyo
de las Inspectorías del Trabajo, jueces, y hasta el CNE.
“¿Sobre quiénes recaerá el costo de la resolución de la
crisis?”
OO: Sobre el país, a excepción de quienes siguen parasitando
con la renta petrolera.
“¿Pagarán la crisis quienes han despilfarrado los recursos
de todos?”
OO: Se saldrán con la suya sino imponemos un salario mínimo
igual a la cesta básica familiar, aumentos generales de sueldos y salarios,
indexación de acuerdo a la inflación (escala móvil de salarios), pase a fijos o
las mismas condiciones y beneficios para los tercerizados.
“¿Hacia dónde apuntar la mirada para buscar vías para la
resolución de la crisis?
OO: Control del comercio exterior, nacionalización de la
banca, suspensión inmediata al pago de la deuda externa, control obrero en la
producción e inspección pública de los libros contables tanto en el sector público
como en el privado, en la banca, industrias, comercios y servicios. Para los
trabajadores la salida en su favor tiene que ser a través de ellos mismos, paso
a paso, hasta conquistar su propio gobierno.
Lucena concluye: “Todo parece indicar que será un año
definitorio en el papel que ha de jugar movimiento de los trabajadores”. Desde
Opción Obrera concluimos: Si no hay coordinación y unidad con base a una clara
plataforma de lucha es imposible parar la debacle a que nos lleva el gobierno y
los empresarios, comerciantes y banqueros que están detrás del poder.
* Héctor Lucena dirige el doctorado en Relaciones del
Trabajo en la Universidad de Carabobo. Investigador reconocido, ha escrito
varios libros y numerosos artículos en revistas académicas especializadas en
esa área.
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