Por Víctor Andrés Gómez Rodríguez
Leo
Brouwer.
"No se trata solamente de
que el individuo no tenga "tiempo" para lo que quiere, de que se vea
obligado a "vender" su tiempo para poder vivir. La fragmentación del
biotiempo subjetivo por el ritualismo [capitalista] de nuestros días es más
bien un ataque constantemente renovado a las condiciones de vida de los
sujetos."
Vicente
Romano
Al interior de la cultura del capitalismo, en su
expansión histórica, el ritualismo que la convierte en cotidianidad
mundializada contiene a los procesos electorales como una celebración simbólica
en la cual lo esencial son las ceremonias circenses, con parafernalias en las
que la música popular, la promoción de especímenes populares del
entretenimiento, la música comercial, el baile en masa, las ofertas del
consumismo incoercible es decir la “cultura” desborda los discursos vacíos
politiqueros de quienes los candidatos a repartirse el poder. Cuando las
elecciones son organizadas por la izquierda, las desbaratan o intentan
deslegitimarlas.
La gente se “duerme” con tales parafernalias y
viene a enterrarse de los resultados de su propia votación después de
materializado el entuerto.
La política es un arqueo privado de la oligarquía;
ambas derechas, la ultra y la “no” ultra han estado acostumbradas a pagar el
pan y circo con el dinero de la gente de a pie, y a negociar con las
transnacionales, los militares y la hegemonía capitalista de turno (la
angloestadounidense), cómo “irán” las cosas tras las votaciones.
Pero candidaturas y votaciones son asuntos tan
serios como para provocar golpes de estado, fraudes anti-constitucionales,
tragedias nacionales…
La política no puede limitarse a administrar a una
sociedad; esencialmente es el modo de consensuar mediante actos de justicia
social efectivos la garantía de la libertad para cada ciudadano; es el modo de
garantizar y desarrollar la libertad; el tiempo libre de los individuos. Evitar
que alguien o algo se lo compren a la cañona, o se lo secuestren. Y el
secuestro del tiempo libre de los individuos, de su libertad, es el objetivo
fundamental del ejercicio de la cultura política del capitalismo. Cada candidato metido a la cañona por un
partido, sin el suficiente consenso con el pueblo políticamente organizado es
la posibilidad potencial de secuestro del tiempo libre, de la libertad de los
otros. Reyes estuvo reflexionando con relación al Potro Álvarez como candidato
del Psuv:
“bajo otras condiciones decididamente NO votaría
por un candidato como éste (de hecho estuve un par de semanas dudándolo),
especialmente luego de que vi como participó en un comercial para promocionar
uno de los productos de empresas Polar (Maltín Polar) enemiga jurada del pueblo
venezolano, pero como nuestra revolución antes de socialista es primero
farandulérica, entendí y respeté la contradicción”[i]
En medio de su careada hegemonía, la política
angloestadounidense y sus adláteres locales, no pierden de vista la utilización
de “figuras” de la farándula artística y deportiva con que atraer a la mayor
cantidad de indecisos durante el “party” de las elecciones; bajo ningún concepto la ultra
derecha y la no ultra dirán sus verdaderos intereses inconfesables en pos del
control sobre el poder. El cubano Jorge Luis Acanda decía, que si de algo se
habla mucho es que tiene que ver con el poder; y la política y la economía son
el poder. El “mundo” construido con la
farándula aporta simpatía a los asuntos y los problemas “feos” de una sociedad;
y en el capitalismo las elecciones son momentos poco “hamdsome”; así es que hay que acicalarlos con tarecos,
música bullanguera y mucho fetichismo. Existe un dicho cubana que reza: de cualquier
malla sale un ratón. Un candidato propuesto por la
izquierda le puede provocar asombro al más escéptico; o viabilizarle el
disgusto de su vida, sobre todo si votó por él a regañadientes.
Neftalí posee conciencia política del momento,
hasta el punto de que le da un voto de confianza por sobre su duda, que es la
expresión del ejercicio de su libertad como ciudadano bajo la constitución
bolivariana: a favor de la derecha ni la duda misma. Sigue a su deber dentro de
una posicionalidad política de izquierda:
"Sin embargo [...] he entendido que para
preservar a la Revolución Bolivariana, para perfeccionarla y para deslastrarla
de vicios que aún persisten, necesariamente hay que actuar ordenada y
perseverantemente, soportando las molestias que esto ocasione; ojalá que la muy
mala impresión que tengo sobre este candidato sea rebatida por las obras y el
trabajo que pueda realizar en caso de ser elegido, pero lo que si hay que estar
claros, y esto es con todos los camaradas que puedan andar arrechos porque la
directiva del Psuv se pasó por el forro las aspiraciones populares en la
designación de sus abanderados, es que una victoria del Potro en Sucre,
garantizaría un triunfo en la Alcaldía Mayor del compañero Ernesto Villegas y
representaría una gran victoria simbólica sobre el gobernador extraviado de
Miranda, sobretodo en este evento al que la derecha le quiere dar la
connotación de plebiscitario y con ello tener un pretexto para desestabilizar
al país y acabar con la Revolución Bolivariana."[ii]
La impresión de no haber sido consultado como se
debe, es una sensación muy complicada; aun si bajo una consulta y consenso
democrático y amplio, la expectativa con el candidato siempre está en ascuas.
En Cuba nos sucede constantemente. Cada paso de un proceso para el cambio
radical socialista de la sociedad, equivale a caminar por el filo de un
machete; porque la ultra derecha (y la no ultra) están conscientes de que
vadeamos una ardua lucha de clases, en uno de los peores momentos del sistema
capitalista, cuando hasta las ranas chapurrean el inglés “americano” para estar
a tono con la dominación. Soy de los que no está de acuerdo con echarle mano a
la popularidad de la farándula, a la alegría pachanguera festinada para ocultar
a los asuntos y problemas sociales. Es una tragedia que Hugo Chávez Frías no
esté, pero todos somos Chávez. Tampoco creo en la radicalización socialista de
la sociedad a pulso; la organización política del pueblo, políticamente culto
es ineludible. El término “masa” es liberal; aun cuando equivocadamente lo
utilizase la izquierda. Decía Simón Rodríguez que al que no sabe
cualquiera lo engaña, y al que no tiene cualquiera lo compra. En democracia amplia, en un consenso con equidad
no hay nada qué comprar. ¿El cambio radical socialista tiene algo de
farandulero?
Desde
el litoral oeste de la Habana revolucionaria, marxista, socialista y
bolivariana. 06/12/2013
[i] Neftalí Reyes. ¿Votar por el Potro
Álvarez? pues que más... Aporrea. 03/12/13 - http://www.aporrea.org/actualidad/a178016.html
[ii]
Ibidem.
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