"… el comportamiento de los
camellos, animal preferido de los beduinos sauditas. Esos cuadrúpedos tienen la
reputación de alimentar sus rencores durante largos años y de ser incapaces de
vivir en paz mientras no hayan logrado concretar su venganza, sea cual sea el
precio a pagar por ello."
Thierry
Meyssan
Netanyahu debe estar a punto de propinarle un
cocotazo al ocupante de la Casa Blanca porque últimamente parlotea demasiado
con Irán; Siria cumplió su compromiso con la ONU -Rusia mediante; después que
el príncipe Bandar Ben Sultán, el chef de la Inteligencia saudí, intentó sobornar a
Putin, al que debe haber confundido con el príncipe Klimenko de finales del
siglo XIX-, y no ha aparecido aún el primer drone por allí. Se está secando la
sopa en el Medio Oriente; con demasiado calor se seca el pecadillo; o se
evaporan las neuronas. Arabia Saudita está clavada aún en la época de los
dinosaurios.
Los cruzados son solo tema de los libros de caballería,
así es que los yihadistas pro saudíes ya no serán tan útiles a Estados Unidos.
Están al nivel de la boca del trash basket. A centímetros del desierto y con 47º a la sombra
por fajarse (enfermos de billetes) quieren caerle a trompones al propio hegemón angloestadounidense, sin defender un proyecto de
emancipación social ni ser revolucionarios como nosotros. De paso, ellos mismos
allá adentro están divididos en dos.
No quieren un mundo capitalista -que ya es clímax
del Infierno-, sino un mundo todo saudita o suní extremista -que equivale al
post-infierno-; el diálogo no existe en un mundo "bota billetes": con
un ejército partido en dos, un poder arcaico fragmentado en un re-tongal de príncipes
que se distribuyeron todos los ministerios, hasta el punto de que cualquiera de
ellos dice cualquier cosa en cualquier lugar sobre cualquier asunto, incluso en
las Naciones Unidas; una y otra vez políticamente se suicidan. Con Israel hacen
como en un acto de strip-tease; le enseña un seno y luego lo esconde de nuevo. Dicen
defender la causa palestina; pero no enseñan algo.
Washington, ya puede empezar a prescindir de Arabia
Saudita y sus fuerzas de "mamelucos"; a los príncipes eso les huele a
quemado.
O están complotando con los yanquis por debajo del
tapete, o la pandemia de senilidad allí es incoercible. De tanto acumular
dinero, y servirle a los gobiernos angloestadounidenses de mecanismo para la
tortura y la subversión en aquella zona, el poder les está cobrando con una
soberana lobotomía.
Siria debe avanzar hacia un momento de solución del
conflicto a través del diálogo; no más desplazados por la guerra ni bombardeos,
ni amenazas del étnicamente "neutro" presidente actual de USA.
La propaganda global nos vendía esa zona como la
sede de la Kaaba, en La Meca; espacio de peregrinación; lujoso en tanto
variante de los cuentos de Las Mil y Una Noches -de Irak lo trasladaron vía
Discovery Channel a Arabia Saudita. Algunos idiotas de nuestra propia zona del
Caribe y específicamente de Cuba, soñaban con irse para allá, desgraciadamente
también mujeres jóvenes. Conocí a un par de esas personas; una que otra hizo su
dream realidad. No quiero ni enterarme cómo les va.
Los emires, “cachimires”, sultanes y príncipes deben haberse enterado que
nuestra región está en proceso de integración regional soberana. Por lo menos
el rey de España debe habérselos comentado, con tremenda picazón en el cóccix,
después de la última “cumbre” Iberoamericana en Panamá. Por desgracia, el petróleo,
sino está en manos del pueblo políticamente organizado, se convierte en una
maldición para el propio pueblo. Espero que ya tengan una idea de que las
mayorías explotadas y hambrientas por esa dominación dinosaurica, no son camellos; y no deben tener tanta
paciencia.
Desde
el litoral oeste de La Habana, revolucionaria, bolivariana, socialista y
martiana. 01/11/2013
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