Por Alberto Nolia
XIX
Debería sorprender el silencio que mantienen los medios
opositores sobre la prisión de Edgardo Parra, ex alcalde de Valencia. A pesar
del peso político y la importancia del cargo –es la tercera ciudad del país-
casi no se informa del asunto. La razón es obvia. La derecha no quiere que se
vea la lucha contra la corrupción. Exactamente igual ocurrió con otros dos
peces gordos encarcelados: el Presidente de Ferrominera y el ex Gobernador de
Guárico. Quieren hacer ver que no se combate a los corruptos y que la impunidad
es total. La realidad es distinta. Es cierto que algunos casos bochornosos de
corrupción quedan impunes, pero hay muchos presos por delitos contra el
patrimonio público.
Edgardo Parra y su familia compraron el Don Pelayo, un hotel
emblemático en pleno centro de Valencia. Los anteriores propietarios fueron
extorsionados duramente presionados para obligarlos a vender. El Sebin aún no
confirma si la operación concluyó totalmente o todavía faltaba un último paso
en la transacción.
Henrique Capriles, el Enchufado Oral, asegura que el papa
Francisco lo recibirá en El Vaticano. El pontífice ha causado revuelo en la
Iglesia por sus declaraciones en torno a los homosexuales, sobre todo cuando
dijo “¿Quién soy yo para condenarlos?”
“Iremos a paro si nos conviene a nosotros” asegura el
delincuente Víctor Márquez, capo de la Asociación de Profesores de la UCV. Esa
piltrafa coloca los intereses de un gremio por encima de los del país. Miles de
estudiantes perdieron ya más de un semestre por culpa de la politiquería de
personajes sórdidos como el Márquez y la Cecilia García Márquez, que se hace
llamar Cecilia García Arocha, como si fuera hermana de su apá, Raúl García
Arocha. Esas lacras preparan acciones violentas, en complicidad con los
estudiantes, en vísperas de las elecciones de diciembre, que saben las tienen
perdidas. En la página www.albertonolia.com pueden ver el artículo de Luis
Britto García donde se analiza el tema universitario.
Una interesante pregunta, que se quedará sin respuesta,
formuló Nicolás Maduro a los dueños de los medios: ¿No les parece interesante
estudiar el caso de Óscar López Colina? Se trata de un tema tabú en los medios
escuálidos, pues López Colina maneja como una caja chica de Henrique Capriles,
el Enchufado Oral, los recursos de la Gobernación de Miranda. La prensa
opositora guarda un silencio estentóreo sobre ese tema, pues los dos ladrones
de Primero Justicia mencionados, por ejemplo, le pagaron 1.300 millones a una empresa
de alquiler de toldos. Por cierto, los medios chavistas tampoco ventilan lo
suficiente estos asuntos.
En la tarde del martes, dos hampones atracaron en la sede del
Colegio Nacional de Periodistas, en la peligrosa avenida Andrés Bello de
Caracas. Los choros despojaron a quienes estaba allí del dinero que cargaban y
de los celulares. Las víctimas olvidaron mostrarle a los criminales un ejemplar
de la Gaceta Oficial con la ley del Desarme. De hacerlo, los choros habrían
huido aterrorizados.
Una acción despreciable, que salpica al gobierno chino,
realizó Xinhua. La agencia noticiosa despidió a todo el personal periodístico
venezolano, simplemente por exigir, y el gobierno les dio la razón, los
derechos que contempla la legislación laboral criolla. Aunque parezca insólito,
esos bandoleros pretendían que la ley china rigiera en Venezuela. La acción es
tan canallesca que podría enturbiar las buenas relaciones entre Venezuela y
China, pues no se puede mantener un trato cordial con un país que agrede a los
trabajadores. Al parecer, fue en los niveles más altos del gobierno chino donde
se decidió la represalia, ordenada a la agencia a través de la embajada.
No solo hay ladrones que se disfrazan de empresarios. También
algunos asesinos lo hacen. La transnacional Mercedes Benz está siendo
enjuiciada en Estados Unidos, por su participación en crímenes horrendos
durante la última dictadura argentina. En 1977, con complicidad de la empresa,
fueron capturados, torturados y asesinados 17 trabajadores de la Mercedes Benz.
Casos como ése son abundantes, por ejemplo en Colombia, donde empresas como
Nestlé y Coca Cola emplean a paramilitares para asesinar sindicalistas.
Soraya al Achkar, la cómplice del Tareck el Aissami en la ley
desarme, tiene muchos cables pelados en materia de robo de municiones. Varios
de sus más allegados en la UNES han sido señalados de ese delito, pero ella no
sólo los protege, si no que acusa y sanciona a terceros, a sabiendas de que son
inocentes. Esa señora manifestó públicamente que no era delito recibir
financiamiento de la NED, siempre y cuando los recursos recibidos de EEUU se
usen de manera transparente. Es increíble que una ciudadana llena de prejuicios
y odios, dueña de una ONG que recibe dinero de gobiernos enemigos de Venezuela
y de empresas acaparadoras como Polar, sea un factor de peso en las policías y
le encarguen de formar a los futuros funcionarios.
Es increíble cómo la clase media es capaz de luchar a brazo
partido en contra de sus propios intereses. No es sólo en Venezuela. En Estados
Unidos, un porcentaje elevadísimo de personas de ese sector social se oponen a
la tímida reforma que propone Barack Obama, para establecer un limitadísimo
nivel de seguridad social. Los capos republicanos, que tienen al imperio al
borde de la cesación de pagos, convencieron a muchas personas que es chic y
elegante oponerse a “medidas comunistas” como ésa de que los enfermos reciban
atención médica aunque no tengan para pagarla.
XX
Excelentes los golpes dados contra la corrupción y los
corruptos. El último fue un pez muy gordo, Edgardo Parra, alcalde de la tercera
ciudad del país. Sin embargo, sorprende la lenidad de Luisa Ortega Díaz con los
ladrones opositores. A Ríchard Mardo se le allanó la inmunidad parlamentaria el
30 de julio. Has transcurrido dos meses y medio desde entonces, y el
narcoparlamentario sigue en libertad, feliz de la vida, guisando y martillando.
La pregunta obvia es para qué se inició un proceso penal, se acudió al Tribunal
Supremo y a la Asamblea Nacional, si luego el Ministerio Público engaveta los
casos cuando el choro es escuálido. Todo hace suponer que a Juan Carlos
Caldera, pillado in fraganti recibiendo dinero de Wílmer Ruperti, tampoco la
Fiscalía piensa meterlo tras las rejas. La impunidad opositora genera
desmoralización en el chavismo.
Hablando de impunidad escuálida, Henrique Capriles García y
su yerno, Armando Briquet, son el nexo entre las finanzas personales del
candidato derrotado y las de Primero Justicia, con el prófugo Oscar López
Colina. El apá del Enchufado Oral no sólo es la mano negra financiera de su
hijo, sino que maneja mucho dinero sin lavar. López Colina es otro buen ejemplo
de la impunidad que gozan los escuálidos. El hombre que pagó 1.300 millones por
alquilar toldos para la Gobernación de Miranda está gozando la vida loca en el
exterior, en lugar de ver el sol a través de unos barrotes.
Y siguiendo con la impunidad opositora, han transcurrido seis
meses desde que un criminal arrolló con su camión a un grupo de chavistas, que
en Maracaibo festejaba la victoria de Nicolás Maduro. Consecuencia de esa
acción despreciable perdió la vida, tras prolongada agonía que incluyó la
amputación de una pierna, la niña Victoria Báez. El autor de ese crimen sigue
en libertad. Todo el mundo asegura que el CICPC lo capturó, pero se bajó
generosamente de la mula y lo dejaron libre. Es increíble que un cuerpo
policial sea tan malo e incapaz como para no resolver un asesinato tan
sencillo. Mucho más verosímil es la hipótesis del soborno que la de la
ineptitud.
Tareck el Aissami no es el único pretendido chavista que
actúa ya como precandidato presidencial. Como se sabe, el narcogobernador
aragüeño montó su plataforma electoral en Maracay, cuando realizó un akelarre
con empresarios corruptos y allí les prometió todas las reivindicaciones de la
derecha, sobre todo eso que llaman “seguridad jurídica”, que no es otra cosa
que la garantía de que podrán explotar cómodamente a los trabajadores,
especular y subir precios. Hay más de un ministro que anda en lo mismo. Son
fáciles de reconocer:
- Salen más que muerto’e mango en los medios escuálidos,
- Pagan generosos palangres a los dueños de esos medios, y
- Se promocionan ellos, no su gestión o al gobierno del que
se supone forman parte.
La neoadeca Nora
Bracho, que junto a Julio Borges fue sancionada con 30 días sin derecho de
palabra en la Asamblea Nacional, aparece ahora en televisión mansa como un
corderito, hablando educadamente y mostrándose como una pobre víctima del
rrrégimen. La realidad es que esa sigüí de Manuel Rosales es posiblemente el
ser más grosero y violento de la Asamblea, que ya es decir. Cada vez que pasa a
su lado un diputado chavista, la Bracho suelta groserías aún más sucias que su
alma, insulta a las madres y bajezas parecidas, amparadas en que por
caballerosidad no le van a responder como se merece. Esa “señora” incluso hace
chistes contra Chávez y profiere insultos sobre su cadáver. Tremenda joya la
que ahora se muestra como una humilde perseguida.
Los panas de Soraya al Achkar gozan un puyero y cobran parejo
en la UNES. A cada rato, los parásitos de la rectora dictan cursos y talleres
sobre derechos humanos, que por lo visto es lo único que se enseña en esa
pintoresca universidad, que más que de la seguridad debería serlo de la
corruptela, el nepotismo y el compadrazgo. A través de la llamada Red de Apoyo
por la Justicia y la Paz, ONG propiedad de la Soraya, los empleados de la
rectora dictan cursos destinados a envenenar con pendejadas a policías y
guardias nacionales. Les meten terror sobre los riesgos que corren si actúan
contra los delincuentes, y se encargan de que olviden que las víctimas también
tienen derechos humanos. Es la cultura responsable del auge de la criminalidad
en el país.
El problema del tráfico en Caracas y todas las ciudades
grandes de Venezuela es relativamente fácil de atenuar. Basta colocar fiscales
de tránsito o policías en los lugares idóneos. La realidad es que se puede
recorrer media capital sin ver ni uno de esos funcionarios. Tampoco un policía.
Pasan horas sin que se levante un choque, colocando en gravísimo riesgo de ser
atracados o asesinados las personas involucradas en la colisión. La realidad es
que tras 15 años repitiendo eso de que “inventamos o erramos” (frase de Simón
Rodríguez que parece pronunciada ayer por lo vigente), el Estado se maneja
exactamente con el esquema de la IV República. Hay miles de burócratas ociosos
en los ministerios y otros organismos, que con un breve curso podrían
transformarse en agentes de circulación. Pese a la escasez de policías, a nadie
se le ocurre convertir a los chupatintas en esa clase de servidores públicos.
Al servicio del Estado hay millares de abogados subutilizados, dedicados a
colocar sellitos en las planillas y otras tareas igualmente inútiles, cuando
fácilmente podrían transformarse en fiscales del Ministerio Público, defensores
públicos de presos (algún pajúo dirá que ahora hay que llamarlos defensores
públicos de los privados de libertad), funcionarios de tribunales y muchas
otras tareas necesarias.
Un horrendo asesinato colapsó Caracas. En la mañana del
miércoles, un par de criminales en moto asesinaron al conductor de una
camioneta, para robarle su celular. Le propinaron varios disparos, uno de ellos
en el cuello. El hecho ocurrió en plena Avenida Libertador, a la altura de El
Bosque y en medio del intenso tráfico matinal, pues a los ladrones ya no les
importan los testigos. Saben que nadie va a intervenir, gracias a que algunos
canallas enquistados en instituciones oficiales persiguen con más saña a los
ciudadanos que ayudan a los demás, mientras que con los malandros son muy
comprensivos. Casi con toda certeza, será otro homicidio más que quedará
impune, pues menos del 5 por ciento de estos casos los resuelven. A pesar de
que estos asesinatos son el pan de cada día y el Estado es incapaz de
garantizar un nivel razonable de seguridad, verdaderas alimañas
pequeñoburguesas, seres llenos de odios y prejuicios, quieren desarmar a las
personas decentes, privándolas hasta del derecho a defenderse. Qué rastrero
tiene que ser un bicho –o una bicha- para entregarle el país al hampa y
facilitar que en pocos años seamos como México, donde el crimen organizado es
el verdadero gobierno, gracias a la impunidad que reinó por décadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario