sábado, 5 de octubre de 2013

Cianuro en gotas o Suena la guarura con la voz de Alberto Nolia

Por Alberto Nolia


Cianuro en gotas apareció en diciembre de 2001, cuando la debilidad mediática del chavismo era absoluta. Lo elaboraba la misma Unidad de Análisis que aún ayuda en su preparación. Actualmente, hay un cerco electrónico contra el periodista Alberto Nolia, promovido por Tareck el Aissami, quien intenta silenciarlo en los medios digitales, tras haber logrado el cierre de Los papeles de Mandinga en VTV. Es un claro e inconstitucional intento de censura por parte de un funcionario. Para romper ese cerco, agradecemos que envíe estos textos a su lista de correos, esté o no de acuerdo con su contenido

Sorprende el hermetismo casi total en los medios públicos sobre el ataque asesino contra Eduardo Samán. VTV prácticamente no ha mencionado este asunto, al igual que las emisoras radiales del Estado, o la prensa escrita oficial. Cuesta trabajo entender la razón para ese silencio, en un caso donde hay verdadero interés por parte de la ciudadanía. Samán es un personaje con un altísimo respaldo en el pueblo chavista, y sus funciones son quizá las más importantes en esta etapa del proceso.

El mismo Eduardo Samán no duda de que se trató de un atentado y no un intento de atraco. Al relatar lo sucedido, el Presidente de Indepabis señala que los malhechores llegaron disparando, sin mediar palabra ni pretender robarse nada. Cuesta trabajo comprender que existan canallas que promovieron la ley desarme, que se traducirá en que personas de alta exposición, como Samán, no puedan ir armados para defenderse.


Tareck el Aissami por primera vez mostró en público su aspiración presidencial, adulando a los sectores empresariales y a los grupos conservadores dentro del chavismo. El Tareck montó en Maracay un aquelarre con “emprendedores”, donde el narcogobernador se arrastró, chupó medias y aduló a los ricos aragüeños y de otras regiones. Motivó muchas sonrisas y comentarios sotto voce las palabras de elogio que el pariente de los Mackled dirigió a joyitas como Alberto Vóllmer. Este sujeto tiene credenciales tan limpias como ser fabricante del ron que por generaciones envenenó a los venezolanos. Vóllmer es hijo homónimo de un recalcitrante copeyano que fue embajador de Rafael Caldera en El Vaticano y estuvo vinculado a sonados casos de corrupción, como representante de Alcatel Thompson. Su amá, Christine Marcellus, manejó grupos extremistas de derecha y ultramontanos católicos. Las credenciales familiares del elogiado por el Tareck se inician en las décadas iniciales del siglo XIX, cuando el primer Vóllmer en Venezuela dio un sonado braguetazo con una Ribas Palacios, familiar lejana del Libertador. En el mejor estilo de Marcel Granier, los Vóllmer adquirieron la hacienda donde hoy se produce Ron Santa Teresa. El Tareck incluso tocó los temas que más le agradan a la derecha empresarial, como ése de la seguridad jurídica, entendida como el derecho a explotar sin cambios el trabajo ajeno, que el Estado garantice las ganancias de los ricos y asuma las pérdidas en los malos negocios.

La generalidad de los empresarios criollos, y muy especialmente los dueños de medios, son seres sucios que se arrastran ante Estados Unidos. El Universal del viernes 4 revela la vileza de Andrés Mata, pitiyanqui que habla con acento bostoniano y adula a los grupos de extrema derecha como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. El titular de abrir portada de ese pasquín dice que los diplomáticos venezolanos también se reunieron con dirigentes políticos en Estados Unidos, dando a entender que Venezuela hace lo mismo que el imperio. Algo así como que nuestro país conspira en Wáshington para provocar desabastecimiento y derrocar al gobierno. Lo más grave es que ni siquiera se trata la declaración de algún energúmeno o una entrevista a un dirigente escuálido. Es una “investigación” que el periódico mando a hacer a Reyes Theis, quien montó una olla fétida en contra de Venezuela. Pobres de aquellos periodistas que tienen más hambre que dignidad y por un salario se prestan a atacar a su propio país.

El pueblo sirio está ganado la guerra contra los grupos terroristas financiados por EEUU, Francia, Arabia Saudita y otros países gobernados por malnacidos. El ejército logró dar de baja a varios criminales, entre ellos a Riyad al-Assad, fundador y capo de la mayor facción “rebelde”. Junto a él murieron otros terroristas de alta peligrosidad. Los hechos se produjeron en la importante ciudad de Latakia, donde estaban reunidos muchos de esos criminales.

Junto a las buenas noticias del Medio Oriente, también llegan algunas muy malas, de esas que jamás difunden los medios de comunicación escuálidos. El Estado terrorista de Israel y sus SS arrasaron una aldea palestina en la zona del Neguev. Los nazis llegaron en la madrugada a esa aldea y con buldózer derribaron las tiendas de campaña a las familias que allí vivían. Semanas atrás, les habían destruido las viviendas, forzándolos a vivir en carpas para no abandonar sus tierras ancestrales, que la Gestapo israelí quiere robarles para construir nuevos asentamientos ilegales. Poco a poco, el criminal de guerra Bejamín Netanyahu avanza hacia la “solución final” del problema palestino, que no es otra que el genocidio.

Tareck el Aissami no sólo hace politiquería con miras a su aspiración presidencial. No descuida los negocios y, a través de un testaferro, está montando una cadena hotelera. Recibe casi gratis inmuebles del Estado y los transforma en hoteles. En Margarita está armando dos de esos establecimientos, que se suman al Tibisay de Mérida y varios otros en diversas regiones.

 Mucha gente ignora los detalles de cómo fue el modus operandi de la “perseguida política” María Lourdes Afiuni. Siendo juez 31 de Control, esta delincuente recibió un millón de dólares por parte del criminal Eligio Cedeño, actualmente el pran de la gusanera criolla en Miami. La Afiuni le dio la libertad a Cedeño, lo acompañó al estacionamiento reservado a los jueces, donde le esperaba una moto que nadie sabe cómo entró a esa zona de acceso muy restringido. Cedeño se fue en ese vehículo y no se supo de él hasta que llegó a la chivera política latinoamericana. La norma es que cuando un juez libera a un preso, éste regresa a su lugar de reclusión, recoge sus pertenencias y le realizan una ligera revisión médica. La Afiuni violó esa norma. Apenas el estafador de Microstar huyó en la moto, la entonces juez subió a su despacho, se sentó sobre el escritorio y dijo a los funcionarios del tribunal: “ahora a esperar que llegue el oficio con mi destitución”. Lo que no imaginaba es que ese oficio lo llevaría el Sebín, junto con las correspondientes esposas. Como Chávez exigió que se le aplicara el máximo castigo que la ley permite por ese delito, la oposición agarró a Afiuni como bandera política, olvidando que esa criminal despreciable presumía de ser chavista hasta que fue encerrada.

Eligio Cedeño estaba preso por robarse 27 millones de dólares a través de una empresa llamada Microstar. La misma recibió esa suma de Cadivi, para importar computadoras. Ni un solo equipo ingresó al país. Todo se lo quedó Cedeño en Estados Unidos. Por si eso no bastaba, Cedeño sacó del país una suma aún no determinada pero superior a cien millones de dólares, con la quiebra de BanPro y Bolívar Banco. Esa joya, tal para cual con la Afiuni, es, para la MUD, otro perseguido político del rrrégimen. Con razón hasta Teochoro Petkoff protestó, por no ser un perseguido si no un vulgar ladrón, que en los actos escuálidos iban personas con afiches de Cedeño.

Los pajúos que respaldan la ley del desarme deberían explicar cómo van a quitarle las armas a los delincuentes un Estado que permite que los motorizados, cada vez que tienen un incidente, ataquen impunemente a tiros e incendien módulos de la Guardia Nacional, y los efectivos de ese componente tengan que permanecer atados de manos, soportando disparos, peñonazos e insultos, por parte de malhechores sobre dos ruedas.



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