Por: Francisco Javier Sierra Corrales
Sobre “Los Excelentes Golpes a la Corrupción”.
Aunque no comparto mucho que se están dando “excelentes golpes a la
corrupción”, debo reconocer que en este caso la policía, más que todo cuerpos
especializados de la FANB, actuaron como debe ser, correctamente, bajo el
principio de la persecutoria penal, raudo, en tiempo real, actual e
inminentemente, y no bajo el esquema procesal que implantó Isaías Rodríguez “El
Fiscal de la Impunidad” en los crímenes ordinarios, en donde se les cita
primero, se les lee sus derechos, se les nombra abogados y luego se les
interroga como quien “esta jembriando a una carajita”, cosa esta que les
permite ponerse a buen resguardo, hacer como el gato y de esta forma evaden la
justicia penal y de allí parte de la despenalización de hecho del delito de
corrupción en Venezuela, todo lo contrario a las luchas obreras y populares que
cada día son más criminalizadas y existen millares de personas judicializadas
por estas razones (Quintuplica, por decir algo a los investigados por
corrupción, penalmente hablando, no digo nada de la Contraloría en la época del
desencarnado Contralor Russian, aunque su accionar con la “sustituta” ha
disminuido notablemente ya que esta forma parte del “Clan Maduro” junto con la
primera combatiente, la presidenta del TSJ
y la Fiscala, es decir, la macolla del derecho manda en este país), las
estadísticas deben ser evidentísimas, por ejemplo en el Estado Bolívar la
correlación estaría 5 a 1. Las FANB, actuaron en el caso del Alcalde de
Valencia, como debe ser, actuaron como si el delito fuese en flagrancia, en
otras palabras, si se puede actuar con la diligencia del caso en materia de
corrupción. Lo hicieron bien y se les reconoce.
En verdad con la pequeño-burguesa (No sé si ya ascendió a
“Boliburguesa”) jefa o “dueña” de la UNES, es
bien grave, yo la he venido denunciando en líneas generales porque no manejo
detalles como si los maneja Nolia, aunque esto merece un artículo especial para
el asunto de los derechos humanos, en donde el imperialismo “nos mete gato por
liebres” y sobretodo como maneja el asunto de los derechos humanos en la UNES,
que prácticamente convierten a la policía en una bobalicona, favoreciendo a las
mafias barriales, en donde existe una frontera no definida entre policías y
malandros, que como están las leyes, sobretodo el código penal Maduro, aun
vigente (2005), que solo penaliza a los pobres y a las luchas sociales. Para
aplicar los derechos humanos que deben denominarse siempre garantías
constitucionales, ya que incluye todos los aspectos de la vida y no solo los
derechos civiles, debe reformarse el código penal en donde se clasifiquen los
delitos en graves (O mayores) y menos graves (Menores, leves o faltas), y entre
los leves se incluya el acuerdo reparatorio con el delincuente pobre mas no con
el delincuente rico, aparte que la delincuencia de los ricos, debe estar
ubicada siempre dentro de los delitos mayores o graves, gravísimos. Por ejemplo
en los delitos en contra la propiedad, cuando el monto no exceda de una
cantidad equivalente a Bs. 20.000, esta debe considerarse menor, y allí pudiera
haber acuerdo y trabajo comunitario.
Con respecto a los fiscales o policías de tránsito,
Nolia tiene toda la razón del mundo, lo que me doy cuenta o “descubro” cual
Colon cualquiera, es que ese mal es en todo el país, pensaba que el déficit y
matraqueo de la policía de tránsito era muy Guayanés por el alto índice (Diría
el mayor del país) de la corrupción que existe en el Estado Bolívar, la cual ya
está inculturada en la población gracias a mi revolución bonita (Yo también soy
culpable porque yo también promoví la “revolución bonita” por ello, es mi
deber, ser autocrítico) y a la dirección política que nombró Chavez, siempre “a
dedo” desde 1999, hasta el 2012 (Rojas Suárez, primero, y hasta el sol de hoy
Rangel Gómez), pero cuando pasa en Caracas, sitio en donde la “burocracia roja,
rojita”, traslada lo mejor del país, en detrimento de las regiones, con el fin
de evitar un “Caracazo”, no queda la menor duda que ese es un mal nacional.
Aunque este asunto merece un articulo aparte, también, con la policía vial pasa
lo mismo que los médicos forense; ese es un “cursito” que se le debe dar a los
policías y a los médicos, pero la macolla que domina el derecho en este país
aplica una de “Morales Bello” cual era reducir el número de médicos forense (Es
un medico cualquiera pero con una chapa “judicial” en base a un curso, mas
jurídico que de medicina, sin negar la rigurosidad de las ciencias médico
forense, pero me estoy refiriendo al simple hecho de una autopsia o necropsia),
para tener controlado esa parte del proceso penal y así “fabricar homicidios” o
“violaciones” o “desaparecerlos”, al gusto del cliente, ya que mientras menos
médicos forense haya y los poquitos existentes sean por carnet del partido
político escogidos, se controla mafiosamente, esa parte tan importante del
proceso penal, sobretodo en delitos contra las personas, específicamente
homicidios y lesiones y las violaciones. Esta falta de policías de tránsito y
de médicos forenses, hacen que tanto las vías públicas como las morgues
colapsen, y Nolia propone una solución, que es la valida, aumentar el número de
policías en función de transito, pero esto merece al igual que el asunto de la Achkar,
un artículo en especial.
Y por último es grave la proliferación que existe en el
país de sicariatos, lo cual no es fortuito
dado la colombianización, que personajes como el gobernador de Aragua,
denunciado muy valientemente por Nolia, quien fue actuante en conjunto con la
policía del narcoparamilitarismo colombiano en la detención de Julián Conrado
en el Estado Barinas, cuando era el jefe de la seguridad en el país, han venido
aupando, ya que quien anda mal acompañado, las malas mañas se le pega, como el
actuar de las mafias del narcoparmilitarismo antioqueño que luego se extendió
por toda Colombia, y ahora se nacionalizó venezolano, el sicariato por razones
políticas-mafiosas, impulsado por Álvaro Uribe Vélez y continuado por el “nuevo
mejor amigo” asesinaban, “disparaban alegremente” (Esos disparos no eran para
nada “alegres” buscaban o buscan, sembrar el terror y la zozobra colectiva, es
una nueva forma de la barbarie de la globalización neoliberal) y muchas veces
asesinaban vil y horrendamente a buenos ciudadanos, previamente escogidos sin
ton ni son, con el fin de crear rechazo y cólera colectiva y por ende deseo de
venganza de sangre, ya que estos crímenes horrendos eran (¿o son?) amplificados
mediáticamente, con la finalidad de justificar el paramilitarismo o las
autodefensas. La asamblea nacional así como legisló en contra del secuestro,
calcando una ley de la “seguridad democrática” Uribista y creó un cuerpo especializado
anti-secuestro, debería legislar en contra del sicariato, con igual draconismo,
y crear un cuerpo especializado para tal fin. Esto pasa por andar mal
acompañado, quien anda mal acompañado con estados forajidos como el colombiano
actual, algo se pega y yo les aseguro que eso que se paga no es nada bueno.
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