Nada nuevo se vio en la Asamblea durante la
sesión en la que Nicolás Maduro solicitó
poderes legislativos especiales. La oposición se condujo con la grosería y la
mala educación que caracteriza a sus dirigentes. Tuvieron sus habituales
pataletas y se comportaron como si en materia de corrupción fueran vírgenes
vestales y no curtidas ladronas. Julio Borges
mostró una vez más que es un patán que se siente aludido cada vez que señalan
la corrupción de su partido, como cuando mencionaron a Oscar
López Colina que es igualito a Borges y no sólo en lo
ladrón.
Como es tradicional cada vez que se produce
una petición de ley habilitante, la oposición miente descaradamente,
vaticinando las peores catástrofes para el país como consecuencia de esa
legislación. Pero también del lado chavista se cae en la exageración y se ve
ese instrumento mucho más allá de lo que realmente es: un mecanismo que permite
legislar mucho más rápidamente que si lo hiciera la Asamblea, órgano que, a
diferencia del Ejecutivo –que por algo se llama así- está diseñado para largos
debates. La habilitante va a ayudar en la lucha contra la corrupción y en la
guerra económica, pero no es toda la solución de esos problemas, cuya única
salida es una mano férrea contra choros de todo tipo.
Como señalábamos ayer, con la complicidad
del Ministerio Público quieren dejar
en libertad a las peores alimañas, a asesinos desalmados. Ya no se trata sólo
de que estén libres criminales como María
Lourdes Afiuni, Lázaro Forero o José Sánchez, alias Mazuco. La derecha se mueve y suelta
plata en la Fiscalía para que liberen nada menos que a los Guevara, autores materiales del homicidio de Danilo Anderson. Con la excusa de una leve enfermedad crónica, la
misma hipertensión que padecen millones de venezolanos, quieren soltar a Rolando Guevara y así abrir el chorro
para salgan sus hermanos y primos. Son sujetos de la peor estofa, indeseables
capaces de realizar un atentado terrorista a cambio del dinero que les dio Nelson Mezerhane, banquero prófugo que
tiene vara altísima en el ente supuesto a ejercer la vindicta pública.
Las gestiones que realizan los defensores
de los asesinos ante el venal Ministerio Público, persiguen dejar en libertad
este mismo año a los peores criminales y terroristas. Ya andan sobornando para
que suelten a estas lacras: Iván
Simonovis, Rolando, Otoniel y Juan Guevara, Arube Pérez, Luis Molina, Héctor Rovain,
Milton Revilla, Erasmo Bolívar y Marcos
Hurtado.
Aunque el gobierno no ceja en la lucha
contra la corrupción, faltan resultados visibles. Se requiere incluso golpes de
efecto, que hagan ver al país que de verdad se combate ese crimen. Semanas
atrás, el país vio con alivio la captura de peces gordos, como el Presidente de Ferrominera y un ex gobernador de Guárico. Sin embargo,
otros golpes serios, aunque con ladrones no tan encumbrados, se vio en Guayana,
donde encarcelaron por extorsionar a los trabajadores a un coronel y su
sobrino. No obstante, ese hecho pasó casi que clandestinamente. Los medios
privados ni lo mencionan y los públicos lo hacen tangencialmente, sin mostrar
que hay una lucha a fondo contra los corruptos. Sería excelente que junto con
la aprobación de la ley habilitante cayera un corrupto de muy alto nivel. Un
ministro choro sería perfecto.
El Universal del martes 8 incluye una información, que de ser cierta, debería
provocar el corte de varias cabezas. Según ese pasquín, que con mucha
frecuencia miente, inventa, exagera o distorsiona hechos, en Puerto Cabello hay
un buque fondeado desde hace ¡47 días! sin ser descargado. Se trata del Podlasie, que arribó a la bahía el 21
de agosto. Para más inri, ese navío viene con un gran cargamento de azúcar,
para la Corporación Casa. Se trata de uno de los productos que escasean en el
mercado nacional. Según la misma fuente, hay otras 12 grandes embarcaciones
cargadas de alimentos esperando durante semanas a ser descargadas. De
confirmarse que por una vez El Universal
no mintió, debería llegar una ola de destituciones y cárceles para los ineptos
y/o corruptos responsables de que en nuestros puertos pasen esas cosas.
Otro periódico tan “creíble” como El Universal, muestra que existe una campaña orquestada para
provocar desabastecimiento de gasolina. El
Nazional abrió su portada con este titular: “Gasolina de 95 dura 8 horas en estaciones de servicio”. El efecto
perseguido por Bobomán es
precisamente que se generen compras nerviosas de combustible, que se formen
colas en las bombas que, a su vez, generan inquietud y llevan a la gente a
meterse en ellas. Es parte de la campaña terrorista de la derecha, que busca
salidas diferentes a las elecciones de diciembre. Mientras Miguel Henrique Otero conspira, fiscales sobornados del Ministerio Público engavetan el juicio
contra él por enriquecimiento ilícito.
Familia que roba unida, permanece unida.
Los sobrinitos de Tareck el Aissami
se transformaron en una plaga para Margarita. Los muchachones controlaban
registros y notarías en la isla, pero finalmente los sacaron junto a otros
corruptos. Ahora intentan apoderarse de la aduana y ya tienen metido uno de sus
cuatro pies en El Guamache.
De vez en cuando, la Guardia Nacional nos da una buena noticia. Un grupo de facinerosos
trancó la carretera panamericana a la altura de Miranda (Carabobo) en una
de esas guarimbas organizadas por los escuálidos, pero que reclutan a muchos
chavistas pendejos. En esta ocasión, y después que esos seres despreciables
cerraron el tráfico por ¡6 horas! la GNB decidió intervenir y con lacrimógenos
y peinillas reestableció el orden. Lamentablemente no se llevaron a nadie
detenido, aunque la Fiscalía sin duda los hubiera liberado en minutos.
Con razón el hampa está desbordada. A pesar
de que los fiscales del Ministerio
Público están desbordados de trabajo y con frecuencia no presentan cargos,
o lo hacen tarde y mal, hasta en casos de homicidio, luego pierden el tiempo en
“delitos” ridículos. Una vez más, la Fiscalía
imputó y llevó a juicio a una pareja en Cabimas, por el atroz crimen de hacer
el amor dentro de un carro. Un bolsa con cargo de fiscal llamado Daniel Alvarado fue el encargado de
manejar tan ridículo proceso penal, contra unas personas cuyo delito real es no
tener suficiente dinero para dos cosas: pagar un hotel o sobornar policías y
fiscales. El Estado gastó mucho dinero, recursos humanos y tiempo en castigar a
una pareja y someter al escarnio público a una mujer que, por lo visto, a los
ojos de Luisa Ortega Díaz o
cualquier mojigato y cursi, cometió un crimen horrendo. No es la primera vez
que suceden estupideces así y los ineptos que manejan prensa de la Fiscalía,
envían gacetillas a los medios pregonando la incapacidad del organismo en el
que trabajan. Todas tienen la misma redacción ampulosa, propia de periodistas
mal formados y empiezan con frases altisonantes del tipo “dada la contundencia
de las pruebas presentadas por el Ministerio Público...” cada vez que alguien
lea algo así en un periódico, sepa que se trata de un palangre, porque, eso sí,
los capos de esa dependencia son hábiles para comprar reporteros venales.
En todas partes hay imbéciles. Un carcamal
llamado Giorgio Napolitano,
presidente de Italia, propone descongestionar las cárceles liberando a los
delincuentes, en lugar de construir otras nuevas. En las prisiones italianas
caben 47 mil presos, pero en la actualidad hay 64 mil. Esos parásitos
politiqueros siempre se van por la vía fácil e inadecuada. La solución no es la
que propone esa lacra, que sigue de Presidente porque los partidos no fueron
capaces de hallar a otro que reparta el botín con todos. La salida que recomienda
Napolitano es indultar y amnistiar a los hampones. Con razón en Italia gobierna
la mafia.
Donde llega Estados Unidos, llega también
el narcotráfico. En Afganistán, la producción de amapola prácticamente había
desaparecido, por la severidad con que se reprimía el narcotráfico. Tras la
invasión gringa, ese país volvió a ser el paraíso de la droga, negocio en manos
de señores de la guerra locales que trabajan para bandas estadounidenses. Mucho
más cerca de nosotros, en Honduras, tras el golpe de Estado que dio EEUU contra
Manuel Zelaya, el comercio de
estupefacientes vive un auge jamás visto, hasta el punto de que está
desplazando a México como centro del comercio ilícito. Ese país se transformó
en poco tiempo en el más peligroso de América Latina y el gobierno, en
complicidad con la DEA, protege a
los grandes carteles y a las maras, que cada día asesinan a decenas de personas
en esa pequeña nación. San Pedro Sula, la segunda ciudad hondureña y sede del
principal aeropuerto, es la ciudad más peligrosa del mundo. Antes de que
Estados Unidos se hiciera con el gobierno de Honduras tras el golpe de Estado
que lo transformó de Estado independiente en protectorado gringo, la tasa de
homicidios pasó de 37 a 86,5 por cada mil habitantes.
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