Por Alberto Nolia
Aunque pueda parecer increíble, los delincuentes disfrazados
de empresarios que capturan in fraganti especulando, acaparando y robando, son
dejados en libertad en cuestión de minutos. La última reforma del COPP impide
encarcelar a hampones de este tipo. Un grupo de pajúos, encabezados por Tareck
el Aissami, decidieron que la mayoría de los delitos, prácticamente todos los
que no implican violencia, se sancionan con unas semanas de trabajo
comunitario. Eso implica que unos criminales que destruyen la economía
nacional, que obtienen ganancias multimillonarias robando a todos los
ciudadanos, van a quedar impunes o simplemente con multas. Es insólito que un
bolsa que llamó “mis hermanos los internos” a los delincuentes sublevados en El
Rodeo, prácticamente sea el que maneja todo lo relacionado con la seguridad.
Esa reforma del COPP fue promovida por narcotraficantes, que
no quieren ver tras las rejas a sus clientes. Implica que, por ejemplo, alguien
que por estafa, usando engaños pero sin violencia, no va a la cárcel si, por
ejemplo le quita su hogar a una familia. Se requiere dosis gigantes de estupidez
para pensar que la solución para descongestionar las cárceles no es construir
otras nuevas, sino dejar en libertad a hampones peligrosos, que apenas ponen un
pie en la calle roban, matan o violan.
La venta aún no hecha pública de un medio de comunicación
digital explica las razones por las que Luisa Ortega Díaz ordenó engavetar el
caso penal contra Miguel Henrique Otero, por enriquecimiento ilícito. El
expediente está claro y ya Boboman debería estar tras las rejas. Ni siquiera ha
corrido hacia Miami, puesto que negoció la venta con un narco que tiene vara
alta en el Ministerio Público. La realidad es que el capo de El Nazional
confesó estar incurso en enriquecimiento ilícito. Inicialmente la Fiscalía se
movió con celeridad y todo apuntaba a una pronta orden de captura. Sin embargo,
ya es obvio que hubo negociación para vender las acciones de Otero en un medio
electrónico, que están a nombre de su pareja, Antonieta Jurado.
Andrés Mata, el capo de El Universal, está mostrando su
verdadera ralea con el tema de la especulación. Ningún otro medio defiende más
a los ladrones que el de ese sujeto, que presume de católico, va a misa
frecuentemente, se da golpes de pecho, anda cerca del Opus Dei y le da tribuna
a los curas pedófilos de los Legionarios de Cristo. Hasta a la caricaturista
Rayma le dio órdenes de atacar a fondo las medidas en defensa del consumidor y
ésta, obsecuente, hasta promueve saqueos e inventa que se producen.
No es sólo en el sector automotriz. Hay una escasez general
de repuestos. Incluso muchos artículos de línea blanca no hay cómo repararlos
porque los hampones disfrazados de empresarios no los traen al país. Es una
tara compleja para el gobierno, pues con la calidad de los comerciantes que
tenemos va a tener que importarlos y venderlos directamente.
El caso Compumall destapó una olla grotesca de corrupción.
Es increíble que un delincuente como Carlos Sultán aún esté libre y ni siquiera
parece que haya intención de enjuiciarlo. A ese hampón le detectaron
sobreprecios gigantes en sus importaciones vía Cadivi. Compraba a empresas en
el exterior de su propiedad, con costos varias veces superiores a los reales.
Sin embargo, no le han puesto los ganchos por resucitar las prácticas de
Recadi. Es decir, Sultán no solamente especulaba y vendía a precios de usura,
sino que, encima, estafaba a la nación sobrefacturando sus importaciones ¿A
cuánto le habrá salido el soborno para seguir libre?
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