Por Javier Del Valle
Monagas Maita
Es la esencia del sistema más putrefacto,
corrompido e inmoral que ha existido durante toda la historia de la humanidad.
Es el sistema que sostiene religiones, dioses, negocios, políticos, naciones
sanguinarias, intereses, comercios impensables y desprecio por la vida, la
naturaleza y la humanidad. Me refiero al
capitalismo y a quienes hoy lo imponen. El sionismo judío y católico.
Los
alimentos naturales, las semillas, las tierras cultivables, las fuentes
hídricas de aguas dulces, los niños, niñas, mujeres y hombres, no habían
llamado la atención de los malditos amasadores de fortuna ni de los egoístas
banqueros narco imperialistas como mercancías, debido a que la fantasía pre
elaborada de las riquezas en metales,
piedras ¿preciosas? y monedas ocupó el centro de atención de los desadaptados
capitalistas. No es que ellos se desentendían de esas cosas. Es que los metales
y piedras preciosas eran una vía muy expedita hacia las riquezas monetarias y
materialistas. Por lo tanto la atención
prioritaria estaba en lo antes señalado y en la explotación humana del trabajo.
En
la medida que las riquezas minerales, naturales, las aguas y alimentos se hacen
escasos por el aumento de la población y, ante el despertar de los pueblos que inician su
concientización respecto a sus derechos naturales, que inducen a masivas
protestas y reclamos globales a tener acceso a
esos bienes. El capitalismo avaro y egoísta, vuelca su atención sobre
las cosas elementales y básicas para la vida, sobre esas necesidades sin las
cuales la vida no es posible. Así las semillas son asesinadas y convertidas en
zombis (transgénicos), la medicina ancestral, la agricultura originaria y las
aguas libres, son secuestradas y contaminadas, re direccionadas sus posesiones
y convertidas en mercancías de lujo. Se imponen legislaciones criminales que
prohíben lo natural y se usan cuerpos
asesinos en forma de ejércitos y policías, además de mercenarios, para matar a
todo aquel que se atreva a producir con semillas ancestrales.
Ahora bien en toda esta telaraña de corruptelas y
crímenes, las leyes capitalistas o leyes burguesas tienen un papel muy
importante. Por intermedio de esas cadenas de opresiones legalistas y pervertidas
(pero nada justas) se someten a los pueblos a los caprichos e intereses de los
ricos y empresarios multinacionales, arrebatando los derechos naturales y
humanos que las mayorías tienen como herencia de la madre y padre natural
universal.
La aberración
de este sistema capitalista judío –católico es tal, que imponen a la fuerza la pobreza. Para luego
manipularla, imponer un tráfico de
personas y de penurias que terminan por convertir a millones de seres inocentes
en marionetas de los intereses económicos de pocos enfermos mentales y avaros
ociosos criminales, que convierten a la rebelión por vivir en delito y a la
sumisión por carencia en premio. Es el
caso de niños y niñas nacidos en hogares muy pobres, que solo conocen de carencias y, que al ser
sometidos a los vaivenes del capitalismo perverso (prostitución, narco tráfico,
tráfico de órganos humanos,
drogadicción, alcoholismo, politiquería, y mercenarios) Que al rebelarse o descubrir el origen de sus
pesares, o por ser más aun desafortunados, sorteado por las maldades del
sistema. Les toca servir de escarmiento, van a parar a las catacumbas del
sistema capitalista como escarmiento o como falsa bandera de justicia social
para mantener apariencias sádicas y enfermizas. Lo pervertido está, en
que aun así, achacan a los pobres la culpa de ser oprimidos.
No
es posible la vida en opulencia y la carestía humana. Para que la primera
exista, genera a la segunda y convierte
a las personas en bestias sin sentido, amor, derechos y humanidad. La primera
recurre al robo, el crimen, la explotación, la expoliación y las guerras para
sostener su estatus despreciable. En otras palabras: los pobres no tienen culpa
del delito. El delito de los pobres el fabricado, inducido y promovido por los
ricos. Los ricos si son ladrones conscientes, asesinos conscientes, saqueadores
conscientes, guerreristas conscientes, presidentes inconscientes, gobernantes
inconscientes, SON ANTI NATURA. Detrás
de cada ganancia de una multinacional capitalista sionista – judía- católica.
Hay un despojo, asesinato y saqueo de millones de seres humanos inocentes. Bolívar y Chávez tienen razón, Marx tiene
razón, Lenin tiene razón, Ernesto de la Serna tiene Razón, Fidel sigue teniendo
razón, Mao tiene razón. Los pueblos tienen razón. Vayamos a reivindicar esa
razón. Sin parámetros burgueses ni leyes capitalistas, ni intereses de
plusvalía. O se vive o se muere. Pero si morimos nosotros, ellos también deben
morir. Miles de años de anti historia son suficiente espera.
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