lunes, 22 de julio de 2013

Socialismo extractivista, ecocida y etnocéntrico


Por Alexander Luzardo Nava*

Para los amigos Lusbi Portillo y demás luchadores de la Sierra de Perijá, en homenaje a su consecuente lucha de más de 27 años.

Las Experiencias socialistas por excelencia, la Unión Soviética y China, fueron depredadoras del ambiente, tal como lo demuestran los desastres en el Mar de Aral, el Lago Baikal, represas como las Tres Gargantas.
La represión y el racismo contra los campesinos Kulaks, y diversas etnias y nacionalidades en la política de colectivización forzada, incluso bajo la conducción de Lenin y Tronski y luego con Stalin y también Mao en China y el caso de Polt Pot en Camboya, con el genocidio conocido en la década de los 70 del siglo pasado.

El ecocidio, el genocidio, el etnocidio, el racismo y el desarrollismo no son potestativos, de las experiencias capitalistas, en sus versiones liberales y neoliberales, también se han mantenido y hasta resurgen con nuevos bríos en los países y proyectos socialistas, y el bricolaje de revolución bolivariana podría afirmar que existe un endorracismo de los autodenominados revolucionarios, que se conecta con lo que el 16 de junio de 1997 denomine como "exractivismo", en entrevista en el diario El Universal, en medio del debate sobre el proyecto minero en Imataca, incluso, hablé de una izquierda minera, ya  que quienes promovían ese decreto 1850, hoy 3110, desde 2004, habían sido representantes de movimientos de izquierda y hasta comandantes guerrilleros.

Esa izquierda minera y petrolera, está hoy reencarnada en Unasur, y por supuesto en los proyectos carboníferos en la Sierra de Perijá, así como en  la recolonización de la amazonia venezolana, promovida desde el llamado "Plan de la Patria" y otras iniciativas, a través de la exploración y explotación minera, lo cual significaría la devastación ambiental, social y humana, tal es el caso del reparto colonial a empresas Chinas en el sur de Venezuela.

Parece que estamos en presencia de una recolonización de América Latina e indígena, en nombre del socialismo, creo que más peligrosa que las anteriores, ya que se propone desconocer los derechos ambientales e indígenas, en nombre de la liberación, la revolución bolivariana, y hasta de los propios indígenas.

Esta discusión, la asumí, en setiembre de 1998, con el propio Hugo Chávez, cuando se discutía el primer  programa de gobierno, que no incluía casi nada sobre ambiente y pueblos indígenas. Posterior a ese cuestionamiento se le incluyeron estos temas, sobre todo después del acto "las Jornadas Ecológicas con Hugo Chávez" que organizamos, a instancias del propio candidato, el 26 de noviembre de 1998, a diez días de triunfo electoral del 6 de diciembre de 1998. En ese acto el candidato Chávez asumió su compromiso con el ambiente, que luego se olvidó, durante catorce años, luego ante tantos cuestionamientos, incluyó el punto Nº 5  en el proyecto de Plan Económico Social de la Nación, que su verdadera denominación, de acuerdo a la constitución de 1999 conocida como Plan de la Patria.

Sin embargo no puede afirmarse que tal proyecto encarne un proyecto nacional sustentable, si su ejecutoria conduce a la contaminación, degradación y destrucción del ambiente.

El verdadero proyecto posible está contenido en la Constitución de 1999, así como el marco de declaraciones y convenios de las Naciones Unidas, particularmente la Cumbre de la Tierra de 1992, mucho más avanzada, que la propuestas y planes autodenominados socialistas.

* Profesor Titular de la UCV.
Autor principal de las disposiciones ambientales de la Constitución venezolana de 1999, autor del primer Proyecto de Ley Orgánica de Comunidades y Pueblos Indígenas en 1987.
Ex-presidente de la Comisión de Ambiente del Senado.
Doctor en Derecho Político, Facultad de Derecho UNED, Madrid.


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