Los sueños de David Brillenburg en la Caracas de los años ochenta, se proyectaron en la construcción de la tercera más alta edificación del país y la octava de América Latina. Esos espacios serían el centro de un gran emporio financiero que florecería bajo la sombra de un país petrolero, cuyos operadores gubernamentales favorecerían una economía de bonanza y de florecimiento para la banca privada.
Después de más de dos décadas, la llamada Torre de David sigue constituyendo un sueño, pero ahora colectivizado entre un grupo de ochocientas familias, quienes ocupando desde hace más de ocho años la estructuras inconclusas y abandonadas de la edificación, sueñan no sólo con ir mejorando las condiciones de sus improvisadas viviendas ubicadas en espacios verticales de la urbe capitalina, sino también con el despliegue de sus actitudes y capacidades en la construcción de una verdadera organización comunitaria.
"Somos chavistas y seguimos la línea del comandante que es la organización del pueblo", "Tenemos que levantarnos desde abajo, vamos a luchar por nosotros y por el país", dicen algunos compañeros asistentes a la Asamblea impulsada por diversas ocupaciones del centro de Caracas.
La ocupación más importante que quizás se haya dado en el mundo entero, posee hoy en día una sólida estructura social que le permite un funcionamiento básico. Han recuperado las estructuras de la edificación por iniciativa propia, aunque habiendo ocupado veintiocho pisos, aún no tienen ascensores que garanticen el acceso a estos espacios y que puedan brindar posibilidad de ocupación en pisos superiores. Se han aprovisionado de materiales de construcción y han destinado sitios especiales para su depósito. El agua la distribuyen con bombas propias, y han logrado negociar el servicio de luz eléctrica con la Electricidad de Caracas. Mantienen asimismo un sistema de seguridad interna muy efectivo entre ellos, fundamentado en la designación de delegados por piso y el cumplimiento cabal de normas consensuadas entre los ocupantes. No obstante han sido víctimas de tres grandes allanamientos, entre ellos, uno de dimensiones espectaculares, efectuado por grupos de comando y helicópteros de la policía con el pretexto de un operativo por un supuesto secuestro del hijo de un diplomático.
Los ocupantes de los espacios de la otrora Torre de Confinanzas se quejan de ser discriminados hasta por los mismos habitantes de las parroquias caraqueñas: "Ni los consejos comunales nos quieren. Nos rechazan… ¿Esos son revolucionarios? Pero entre todas las ocupaciones del centro, somos más que ellos".
Cuentan que entre uno de los más acérrimos denunciantes de la ocupación, se encuentra el mismísimo José Vicente Rangel, quien según ellos ha llegado a calificarlos como delincuentes y a quien los tomistas le atribuyen amistades e intereses personales en el extinto consorcio. ¡Otra historia no muy bien contada y poco conocida a fondo sobre las mafias bancarias que se han abierto paso amparadas en el huracán "revolucionario"…!
Angel Zambrano, coordinador de educación y de medios de la Cooperativa "Caciques de Venezuela", habla sobre los proyectos que tienen en proceso: dos guarderías, jardines internos, canchas deportivas, un centro de diagnóstico integral (CDI), un mercado… Aspiran además que funcione una escuela para impartir educación primaria, porque aún sus reflexiones y sus sueños no ven caminos distintos sino al de la inclusión formal.
"No podemos seguir siendo utilizados por los demás, necesitamos organización propia: formar un movimiento, luego un partido entre todas las ocupaciones, para tener nuestros propios representantes en el Estado", "Tenemos patria, pero eso depende de nosotros. La participación es el principal legado que nos dejó el Presidente. Vamos a actuar, y vamos a luchar por la inclusión".
En doce mil metros cuadrados destinados a sueños neoliberales, un número aproximado de dos mil quinientos venezolanos demuestran una capacidad de autogobernancia, una disposición de resistencia y una vocación de organización y unidad con sus iguales que se pierden entre la retórica gubernamental de planes y proyectos que intentan invocar el socialismo del siglo veintiuno…
Era tan delgadito
pero llevaba la fuerza de un trigal por dentro
y su explosión humana
hizo añicos la desesperanza
y era un pájaro de rápido vuelo
que volaba llenando de colores el viento
y con las mariposas y los peces
y todas las flores de mi pueblo
formó un solo color para los hombres
y después siguió su vuelo.
Sí, Los habitantes de La Torre David saldrán a votar el 14 de abril, sin duda alguna. Saldrán a buscar votos y a apoyar la revolución bajo la identidad ideológica creada alrededor del legado político y espiritual de Hugo Chávez Frías, prendados de sus sueños de inclusión así como también David Brillenburg soñó para él y los suyos. Pero de seguro, tal y como la canción libertaria de Alí presagiaba, esta nueva generación de venezolanos que transitan por el ejercicio de la participación protagónica pero que aún no puede romper con su pasado de representatividad, seguirán su vuelo, cambiando de paisajes y dejando atrás deseos de formar parte de un sistema opresor y esclavizante, hasta enrumbar sus pasos por fin a un sendero que no conoce retorno, porque es el espacio justo en donde los pueblos encuentran su origen y la razón de ser de sus verdadera existencia.
Sistema Comunicacional La Guarura
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